La semana pasada, las formaciones
políticas PP y PSOE acordaron, conjuntamente, que cualquier
cambio en el Estatuto de Autonomía de la ciudad deberá
contar con el visto bueno de ambas y, con muy buen criterio,
decidieron posponer hasta pasadas las elecciones de mayo,
los trabajos de reforma del actual Estatuto de Autonomía.
Situación, aprovechada por el Ejecutivo central para dotar a
Ceuta de mejoras sustanciales en su autogobierno,
cogestionando las políticas activas de empleo y del Imserso
así como, dotándola de mayores recursos económicos para la
gestión de Menores. Todo ello, a través del acuerdo del
Consejo de Ministros que a su vez, corrobora el acuerdo
suscrito por estas dos formaciones en la Comisión de
Reforma.
Por tanto, el acuerdo señala, tácitamente, que cualquier
alteración del estatus jurídico actual se haga de mutuo
acuerdo y con el consenso de los dos principales partidos
políticos de ámbito nacional asegurándose, el Gobierno de la
Ciudad, retomar los trabajos conducentes a la obtención del
grado de Comunidad Autónoma tras las próximas elecciones del
mes de mayo.
Este importante acuerdo, ha sido utilizado por algunas
formaciones, parlamentarias y extraparlamentarias, para
acusar a PP y PSOE de traidoras a Ceuta e incluso, de
trabajar, unidamente, en la entrega de Ceuta al vecino reino
de Marruecos.
Olvidan estas formaciones que si existe Comisión de Reforma
del Estatuto es por decisión, en primer lugar, del Gobierno
de Zapatero y, en segundo lugar, por decisión del Gobierno
de la Ciudad y, en ningún caso, dichos Gobiernos han dado
por finalizado los trabajos de la Comisión tan solo, han
sido aplazados.
Aunque, tampoco podríamos esperar otro tipo de reacción por
parte de estos partidos políticos, habituados a realizar una
oposición agresiva y que, incluso, traspasa la línea del
insulto. Nuestra historia política más reciente, demuestra
esta afirmación en las hemerotecas de los medios de
comunicación escritos de la Ciudad.
En definitiva, nos encontramos, una vez más, ante la
utilización partidista y demagógica de una cuestión crucial
para nuestra ciudad, que huele a rancio pero que, no calará
en una sociedad madura y conocedora del meticuloso trabajo
por el futuro de Ceuta de su Presidente, Juan Vivas, del
Partido Popular de Ceuta.
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