Con el recuento de las personas
que acuden a una manifestación, sea cual sea el motivo de
esta, me pasa exactamente igual que con las encuestas
realizadas en cualquiera de las elecciones, ya sean
municipales o nacionales, no me creo nada de las mismas
porque, cada quisqui, arrima el ascua a sus sardina,
dependiendo de los intereses políticos de cada uno.
Cada día me aferró más a esta idea y, al parecer, algunos
son tan buenos que no me quieren dejar en mal lugar,
proporcionándome los datos suficientes para demostrarme que
mi teoría no está equivocada. Vamos que, en un elevado
porcentaje, mis ideas sobra las elecciones y las encuestas
son tan reales como la vida misma.
Hace unos días, vi una encuesta en la que los socialistas se
despegaban de forma espectacular, tanto en las próximas
elecciones municipales como en las que se realizarán, el
próximo año , a nivel nacional. En dicha encuesta, con la
ventaja adquirida, no sería necesario realizar pactos con
ninguna otra fuerza, ya que contarían con mayoría absoluta
que, sin duda alguna, es la máxima aspiración de cualquier
partido político, el no tener que depender de nadie para
gobernar.
No niego que pueda producirse ese avance espectacular de los
socialista, a pesar de la que está cayendo. Lo curioso del
caso es que, esta encuesta, se realiza una fechas después de
que una conocida agencia dedicada a las mismas, realizase
otra encuesta para un periódico de gran tirada a nivel
nacional y le diese, al Partido Popular, una ventaja de una
décimas sobre el PSOE. No es nada extraño pero, al menos,
resultan curiosas las fechas de la publicación de ambas
encuestas.
Sigo insistiendo que, en las únicas encuestas en las que
creo, son aquellas que se realizan una vez cerrados los
colegios electorales y haber sido contados los votos
conociendo quién o quiénes han sido oficialmente los
ganadores de las elecciones. Esas son las que no engañan a
nadie por mucho que, cada quisqui, quiera arrimar el ascua a
su sardina. Y de ellas, sin trampa ni cartón, salen los
vencedores de esas elecciones. Esas sí que son unas
encuestas fiables al cien por cien.
Al hablar de la claridad de esas elecciones, me refiero a
los estados democráticos y no a ninguna República bananera
donde en las elecciones, en el supuesto de que las haya,
cosas muy difícil de producirse aunque sea para engañar a
los bobos de turno, existen más “cajonazos” que en los
carnavales de Cádiz. ¡Que ya es decir!.
Mi incredulidad, en este asunto, es la misma, ya lo he dicho
antes, que en el recuento de la cantidad de personas que
acuden a una manifestación, sea del carácter que sea.
Dependiendo de los intereses, de unos u otros, se da el
número de asistentes a la misma.
Analizando las cifras, dadas por unos u otros, tienen menos
parecidos que un huevo con una castaña. Mismamente la
realizada. con la manifestación última en Madrid, contra el
terrorismo, arroja resultados tan dispares como pasar de los
cientos ochenta mil asistentes a la asistencia, a la misma,
de casi dos millones. ¿Usted, amigo guarida, no piensa que
es para no creer en ellas?. Ahora, lo que si es seguro que
había más de ciento ochenta mil personas.
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