Ser español peninsular es un
‘gustazo’ para quienes deseen sentirse con la libertad de
viajar utilizando el medio que desee en el momento que
desee. Es tan sencillo como subirse al coche y poner rumbo
al ‘infinito peninsular’, sin horarios, ni tarifas, ni
apelmazamientos, ni Levantes, ni Ponientes... por carretera
comarcales, nacionales, autovías o auptopistas, a gusto del
bolsillo y como quiera.
Ser español extrapeninsular tiene sus amplias desventajas,
difícilmente compensadas con subvenciones o bonificaciones
al transporte que, con el vaivén de los precios del crudo, a
veces no cumplen con la verdadera función para la que están
destinados en función de las subidas que se experimenta en
atención a compensar las subidas de los precios del barril.
Subidas que difícilmente retornan a su punto de origen
cuando el petróleo vuelve a bajar en precios, como es el
caso.
Sin embargo, las desventajas son mucho más evidentes en
otros aspectos tales como la falta de libertad en la
elección del medio, la adaptación a horarios establecidos,
el sometimiento al estado del mar con sus ‘temporales’ y
absolutamente rendidos al costo que supone para una familia
media situarse en la península para disfrutar de la plena
libertad de movimientos con los que cuenta el ciudadano
peninsular.
La apertura del aeropuerto de Gibraltar es un logro evidente
para los ciudadanos españoles menos para los de Ceuta. Y
esto es así porque al Gobierno en su afán por cerrar cuanto
antes esta posibilidad olvidó que estamos aquí, en la Ciudad
Autónoma, deseando abrir cuantas más posibilidades de
elección en las comunicaciones mejor y más si éstas reunen
condiciones económicas asequibles al bolsillo medio. Sin
embargo, como sucedió con las restituciones de los lácteos
que España perdió frente a Alemania y que tanto daño viene
haciendo a la única industria láctea instalada en Ceuta, el
Gobierno no ha mirado a nuestra ciudad. No la ha tenido
presente. No ha debido ser importante como para perder
tiempo en la negociación. Si bien hay asuntos en los que sí
muestra preocupación, hay otros en los que se demuestra todo
lo contrario... y también debe ser comentado.
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