El general jefe de la Fuerza Terrestre, teniente general
Pedro Pitarch, continúa las investigaciones necesarias
encaminadas a concretar si entre 2002 y 2007 "se cometieron
actividades contrarias a las normas" en el servicio de
inteligencia de la Comandancia General de Ceuta, según ha
informado a los medios de comunicación el Ministerio de
Defensa.
La versión que comienza a cobrar fuerza, aunque las
incógnitas son importantes, se centra en la venganza de un
exguardia civil que fue apartado en su día -2005- de la
unidad de Inteligencia en la Comandancia “por no dar el
perfil”, aunque tras ese ‘cese’ podrían esconderse
circunstancias graves que se dirimirían, en estos momentos,
en sede judicial tras la denuncia del cesado contra
responsables de la COMGE. El ex miembro del instituto
armado, J.E. -hacia quien se apunta como responsable de la
filtración- habría contactado con un periodista ceutí a
quien habría informado de las prácticas que desarrollaba la
Unidad como argumento que pudiera servir de contrapunto a
las acusaciones reales por las que fue cesado: ‘supuesto
aprovechamiento de su posición para beneficio particular’.
Hechos que se remontan a 2005. Según estas fuentes, a las
que ha tenido acceso, El Pueblo de Ceuta, la venganza contra
Gómez-Hortigüela podría haber derivado en los hechos ya
conocidos y que acabaron en que el pasado 24 de enero, el
jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, general de
Ejército Carlos Villar, ordenó el cese con carácter
inmediato del teniente coronel José María Albarracín Martín
de Oliva de su puesto al frente de la unidad de inteligencia
de la Comandancia General de Ceuta, por la recogida de
información sobre la composición de los sindicatos UGT y
CC.OO. de la Ciudad Autónoma y la junta directiva de una
asociación de vecinos.
A partir del 24 de enero, tras cerciorarse de que no
continuaban desarrollándose investigaciones "irregulares"
por parte del servicio de inteligencia de la Comandancia
General de Ceuta, el general jefe de la Fuerza Terrestre
-como se indica en la nota del Ministerio de Defensa-
comenzó las investigaciones necesarias para revisar todas
las peticiones de información efectuadas por este servicio
entre 2002 y 2007, señala el comunicado.
"Se trata de determinar si es necesario depurar algún tipo
de responsabilidad tanto disciplinaria como penal y si en
ese periodo se cometieron actividades contrarias a las
normas", agrega el Ministerio.
Hasta el momento, la principal baza de defensa de los que
realizaron pequeños operativos para determinar según qué
identidades se basa en las necesidades de ‘controlar’ a
soldados profesionales que con bajas laborales para acudir a
sus unidades, podían llevar a cabo actividades diversas en
tanto caducaba dicha baja, lo que les pudo llevar a los
entornos sindicales en la búsqueda de este presunto ‘fraude
laboral’. En este sentido, el secretario general de UGT,
Cándido Méndez ya ha informado que su sindicato no va a
iniciar ninguna acción por estas prácticas.
Las investigaciones se llevarían realizando desde años atrás
y los jefes de la Unidad de Inteligencia se limitarían a
seguir, entre otros asuntos, las pautas establecidas en
orden a conocer qué soldado profesional causaba baja de una
manera ficticia bajo la ambigüedad de los llamados
‘problemas psicológicos’, pero en todo caso, y como se
conoce en el interior de la propia Comandancia General, el
Jefe de la Unidad era sencillamente un ‘mandado’ y nunca
actuaría por su cuenta.
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