Creo, si no me equivoco, que ya
habrán vuelto de Fitur todas nuestras autoridades,
acompañantes e invitados al evento turístico que, cada año,
se celebra en Madrid. Ahora, después de este paréntesis,
toca ponerse manos a la obra para preparar las próximas
elecciones municipales que, como quien dice, están a la
vuelta de la esquina.
Uno, por supuesto, no ha estado en los madriles viendo el
asunto de la Feria Internacional de Turismo y, por tanto,
sólo puedo hablar de ella por lo leído en los medios de
comunicación o por lo visto en la tele. Según cuentan los
que entienden y han estado presentes, ha sido todo un éxito
y, nuestro pabellón, el pabellón de nuestra tierra, ha
conseguido la admiración de propios y extraños. Como me ha
quedado una jartá de bien y hasta bonito, eso de que ha
conseguido la admiración de propios y extraños, pues lo
repito, ha causado la admiración de propios y extraños.
Uno, digan lo que digan los demás que diría Rafael, se
siente orgulloso de esa admiración porque se quiera o no,
amigo guardia, he aportado mi parte económica
correspondiente al asunto ya que, sin discusión alguna se ha
hecho con el dinero de todos los ceutíes. Así que es para
sentirse orgullosos de ese pabellón que hemos pagado entre
todos. ¿O no?.
De haber estado en Madrid, no me cabe duda alguna, que
hubiese realizado una visita al Museo del Prado para admirar
las obras del genial pintor Tintorreto. No lo digo en dos
palabras, “Tinto...retto”, para que no haya malos entendidos
por el asunto del “tinto”.Uno quitándole de las dos
cervecitas sin alcohol sólo bebe agua que, según los
entendidos, es lo más sano que se puede beber. Cómo será la
cosa que, España, un país de buenos vinos la ministra está
preparando una ley de aquí te quiero ver. Ni te cuento,
amigo del alma, le cabreo que se han cogido todos los
“tinto...rettos” incluidos los del tinto en cartón. Ya
veremos qué es lo qué pasa con semejante medida. No estoy
muy convencido de que sea una buena medida esa ley del vino
ni que, por supuesto, vaya a producir los efectos
apetecidos. El personal, en este país nuestro, va a seguir
bebiendo porque es algo tradicional entre nosotros. Y mucho
cuidadin con querer quitar una tradición o si no quitarla
sacar esa ley para reducir el consumo. No me parece una
buena idea incluso desde el punto de vista de nuestras
economía. Doctores tiene la iglesia y, por tanto, el que la
lleva la entiende aunque, los demás, no entendamos nada de
nada.
Se sacó la ley antitabaco. Ahora se saca o se va a sacar una
ley sobre el asunto del vino. Como se sigan sacando leyes
pohibíendo cosas y más cosas, no sé qué nos va a quedar por
prohibir. Y ya que estamos en ello no podríamos prohibir las
“telemierdas”. Eso sí que sería un éxito total, el no tener
que soportar tanta basura, siempre con los mismos
protagonistas contando las mismas cosas y, para más INRI,
ahora les ha dado por sacar historias sobre personas que ya
no están en este mundo. Los muertos merecen un respeto y
dejarlos descansar en paz aunque, ello, conlleve que sean
algunos los que se queden sin ganar dinero a costa de esos
seres que, desgraciadamente, no pueden defenderse. Tanta
cobardía y tantos vividores de contar miserias ajenas, me
dan asco.
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