El Consejo Nacional de Patrimonio
se reunirá proximamente en Ceuta, concretamente en abril. La
ministra del ramo, Esperanza Calvo podrá disponer de un
magnífico escenario para anunciar el apoyo estatal a las
preocupaciones de la Ciudad Autónoma en la conservación de
elementos muy trascendentes de su patrimonio.
Si bien es cierto que el gobierno local, ha contado -no
tanto como se hubiese deseado- con apoyos económicos
estatales para la puesta en valor de sus excelentes muestras
patrimoniales históricas, no es menos cierto que la ciudad
en sí mismo es casi un valor a cuidar. Desde la muralla
califal, las murallas reales, la Basílica Tardorromana,
Baños Árabes... Ceuta es pura historia que a borbotones se
descubre a poco que nos fijemos en sus vestigios.
Por ello, en estos momentos, la Ciudad Autónoma en relación
al Patrimonio debe mostrar gran preocupación por el estado
en que se encuentran las Murallas Meriníes (conocidas
popularmente como merinidas). Su pésimo estado de
conservación hace peligrar su actual estado vertical. El
Gobierno de la Ciudad plantea un plan de urgencia para,
cuanto menos, intentar que la parte más deteriorada no se
venga abajo. Pero pese a que esta actuación puede alcanzar
los 900.000 euros -unos 150 millones de las antiguas
pesetas-, los trabajos que debieran desarrollarse para
mejorar su estado de conservación tendría que estar
contemplado en un plano mucho más amplio cuyo coste se
dispara enormemente para las capacidades de la propia
Ciudad. Máxime cuando el Patrimonio es un bien común del
propio país.
Las Murallas Meriníes no deben caer en el olvido. Buen
momento será en el mes de abril como para que la propia
ministra las visite y contemple primero con admiración un
vestigio tan impresionante y segundo para que tome
conciencia de la necesidad de actuar con urgencia en unos
restos patrimoniales de primera magnitud.
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