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					El juez del número 3 de Primera Instancia e Instrucción de 
					los de Ceuta, de guardia en la jornada de ayer, ha privado 
					de libertad a los tres detenidos por la Policía Nacional el 
					pasado día 30 acusados del delito de Tenencia y Tráfico de 
					explosivos, tipificado en el Código Penal, artículos 568 y 
					573, por el que podrían estar en prisión entre tres y diez 
					años. 
					 
					Los detenidos declararon ante el juez por espacio de más de 
					tres horas. De lo deducido en sus explicaciones y las 
					pruebas entregadas por la Policía Nacional, el magistrado, 
					que podría inhibirse en favor del juzgado número 2 que 
					inició en su día las diligencias, ha decretado auto de 
					prisión incondicional contra los tres acusados de tenencia y 
					tráfico de explosivos. 
					 
					Cabe recordar que de estos tres detenidos, dos son soldados 
					profesionales: uno adscrito a la 4ª Bandera de La Legión, 
					Juan P.A. de 25 años y el otro vinculado a la Policía 
					Militar, Oscar C.C. de 24 años. Ambos se encontraban de baja 
					sicológica, uno desde noviembre y el otro desde diciembre. 
					Los dos tenían abiertos varios expedientes disciplinarios. 
					Uno de ellos contaba con un expediente de falta grave por la 
					acumulación de varias faltas leves, y el otro contaba con un 
					expediente por actuaciones contrarias al régimen 
					disciplinario de las Fuerzas Armadas. 
					 
					El tercer detenido es musulmán Ismael. A. de 33 años y 
					residente en el Príncipe. 
					 
					Los dos soldados profesionales serán expulsados del 
					Ejército, por lo que, aunque se encuentren en la actualidad 
					en el establecimiento disciplinario ubicado en el 
					acuartelamiento ‘General Pardo de Santayana’, ambos podrán 
					ser alojados en la prisión de Los Rosales en el momento en 
					que queden desligados del Ejército, y unirse así al tercero 
					de los implicados que ya se encuentra incluido entre los 
					internos del centro penitenciario. 
					 
					Los tres han sido acusados de tenencia y tráfico de 
					explosivos por los que podría aplicársele el artículo 568 
					del Código Penal: “La tenencia o el depósito de sustancias o 
					aparatos explosivos, inflamables, incendiarios o 
					asfixiantes, o sus componentes, así como su fabricación, 
					tráfico o transporte, o suministro de cualquier forma, no 
					autorizado por las Leyes o la autoridad competente, serán 
					castigados con la pena de prisión de cuatro a ocho años, si 
					se trata de sus promotores y organizadores, y con la pena de 
					prisión de tres a cinco años para los que hayan cooperado a 
					su formación”. 
					 
					Además, el juez podría interpretar, por las declaraciones de 
					los imputados, que éstos pudieran haber intentado contactar 
					con alguna organización terrorista, en cuyo caso podría 
					aplicársele el artículo 573 del C.P.: “El depósito de armas 
					o municiones o la tenencia o depósito de sustancias o 
					aparatos explosivos, inflamables, incendiarios o 
					asfixiantes, o de sus componentes, así como su fabricación, 
					tráfico, transporte o suministro de cualquier forma, y la 
					mera colocación o empleo de tales sustancias o de los medios 
					o artificios adecuados, serán castigados con la pena de 
					prisión de seis a diez años cuando tales hechos sean 
					cometidos por quienes pertenezcan, actúen al servicio o 
					colaboren con las bandas armadas, organizaciones o grupos 
					terroristas”. 
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					La investigación policial continúa 
					Como es preceptivo, la Jefatura 
					Superior de Policía, ante un hecho como el de referencia, no 
					cesa en su investigación con el objeto, sobre todo, de dar 
					‘caza’ a los individuos que se encontraban en un segundo 
					vehículo y que pudo fugarse en tanto los agentes actuantes 
					daban el alto, con disparos al aire, al primero de los 
					automóviles que contaba con la famosa bolsa en cuyo interior 
					se halló 586 gramos de PG2, un explosivo plástico de uso 
					militar. 
					 
					Aún no se ha determinado nada, o al menos no ha trascendido, 
					pero los probables compradores de este explosivo podrían 
					continuar en Ceuta. 
					 
					La investigación policial continúa; la operación sigue 
					abierta y no se descarta que nuevos implicados sean 
					capturados. 
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