El Teniente Coronel Albarracín, que ya ocupa una cama en
planta del hospital ‘Puerta del Mar’ rodeado de su familia,
empieza a mejorar con los cuidados médicos a los que está
siendo sometido después del incidente sufrido en las
instalaciones de la COMGE ceutí cuando conoció que toda su
vida profesional militar había acabado por una ¿traición?.
El ministro de Defensa Alonso, quien afirmó recientemente
que en “Ceuta está todo bajo control”, habría ordenado a los
operativos del Centro Nacional de Inteligencia desplegados
en la Ciudad Autónoma una exahustiva investigación en
relación a los ‘trabajos’ que la 2ª Sección de la
Comandancia General (Inteligencia Militar) había
desarrollado en la recopilación de datos de personas de la
vida civil (sindicalistas, representantes vecinal, políticos
y responsables de medios de comunicación).
Aunque el General Gómez-Hortigüela Amillo ha ordenado una
profunda investigación sobre el caso en el ámbito de lo
meramente militar, el CNI y, en concreto, su jefe en Ceuta,
habría recibido ordenes estrictas para determinar las
verdaderas responsabilidades del caso por el que desde la
jerarquía militar se cesó fulminantemente al teniente
coronel José María Albarracín como jefe, en este momento, de
la Inteligencia Militar en nuestra ciudad.
Anda revuelta la Comandancia General y hasta la Jefatura de
la Fuerza Terrestre, sobre todo ahora que Albarracín,
postrado en la cama del hospital ‘Puerta del Mar’ de Cádiz y
recuperándose del grave incidente padecido, desligado ya -a
la fuerza- de toda pretensión profesional de lo que ha
considerado siempre su vida, la carrera militar, pueda
expresar con rotundidad que es una simple ‘cabeza de turco’.
Hombre de honor donde los haya según quienes han tenido el
“placer de coincidir con él”, el teniente coronel Albarracín
se incorporó a su destino en la Comandancia General de Ceuta
en 2006 justo cuando estaba a punto de desarrollarse el
operativo destinado al seguimiento y control de algunos
líderes vecinales. ¿Pudo, por tanto, un recién llegado
ordenar por iniciativa propia tal operativo?. Los
subsiguientes días desde el fatídico miércoles en que el
Ministerio de Defensa hace pública las supuestas
irregularidades, Albarracín casado con dos hijos a los que
visita en Ronda cada fin de semana, no ha cesado de sostener
que “cumplía órdenes”, así lo hemos confirmado de fuentes
absolutamente fidedignas.
Pero el ‘bunker’, como así se le llama a las oficinas donde
se ubica la 2ª Sección de la COMGE, tiene alguna grieta por
donde se ha podido filtrar alguna información que
comprometía las actuaciones de la Inteligencia Militar en
las que se podía contrastar ‘trabajos’ de seguimiento y de
información sobre asuntos no estrictamente militares. En
todo caso, según pueden indicar algunos allegados a la
trama, éstos no vendrían a ser más que mínimos detalles
sobre la identidad y cargo orgánico de algunas personas en
según qué organizaciones.
¿Quién se va de la lengua?
¿Se ha pasado de frenada en el fulminante cese de Albarracín
el JEME, Carlos Villar una vez fue informado por el teniente
general Pedro Pitarch, Jefe de la Fuerza Terrestre quien,
según el protocolo, debió recibir el informe del Comandante
General Gómez-Hortigüela Amillo -curiosamente el general es
el que debe supervisar el llamado Plan Permanente de
Inteligencia-?, o el que se ha pasado de frenada es el
ministro al recibir información directamente del CNI, cuyo
máximo responsable es el propio Alonso?.
En cualquier caso, el comunicado del 24 de enero emitido
desde el Ministerio de Defensa reconociendo la existencia de
alguna investigación “extra” parece un tanto prematuro,
según analistas consultados, dado que públicamente no había
trascendido aún los documentos que al parecer podían haber
sido filtrados, desde dentro de la COMGE, a algún periodista
de Ceuta.
Cuando la noticia ‘explota’ y, paralelamente, salen a la luz
posibles ‘seguimientos’ a numerosas personas de la vida
pública civil de la ciudad y se incide en ello pese a que
desde el Ministerio sólo se reconoce dos hechos puntuales,
uno durante 2005 y otro en los inicios de 2006. Curiosamente
el cese ‘fulminante’ cayó de lado del último en llegar,
Albarracín, en tanto que con el Tte Col Berenguer,
actualmente destinado en Alemania, no se ha tenido tanta
premura.
En la actualidad en la COMGE se vive “una caza de bruja que
nos perjudica a todos y nos resta credibilidad”, como ha
reconocido un mando de reconocida solvencia castrense. Los
‘hombres’ de Albarracín están apartados de la 2ª Sección y
un ‘jurídico militar’ intenta esclarecer el asunto y, de
paso, localizar a la presunta ‘garganta profunda’ que
estaría filtrando ciertas informaciones.
Se especula con una próxima cadena de ceses o dimisiones.
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¿Una carta aclaratoria de despedida?
En medio la vorágine de
información que se sucede entorno a la crisis, no reconocida
como tal por Defensa, en un punto tan delicado como Ceuta,
una noticia corre como la pólvora en los ámbitos en que se
mueve este suceso: la existencia de una carta en la que
Albarracín hubiera dejado -como legado- los nombres de los
mandos que le ordenaron el seguimiento a civiles nada más
llegar a su destino como Jefe de Inteligencia.
En Cádiz la familia está con él y, comisionado desde la
COMGE, algún mando para ‘ayudar’.
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