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ACTUALIDAD - JUEVES, 1 DE FEBRERO DE 2007


Juan antonio Alonso. archivo

INFORME / SERVICIOS SECRETOS
 

El CNI investiga a fondo
las irregularidades de la
Inteligencia Militar ceutí

El teniente coronel Albarracín, considerado como ‘cabeza de turco’, se recupera de sus heridas en un hospital de Cádiz
 

CEUTA
Antonio Gómez
antoniogomez@elpueblodeceuta.com

El Teniente Coronel Albarracín, que ya ocupa una cama en planta del hospital ‘Puerta del Mar’ rodeado de su familia, empieza a mejorar con los cuidados médicos a los que está siendo sometido después del incidente sufrido en las instalaciones de la COMGE ceutí cuando conoció que toda su vida profesional militar había acabado por una ¿traición?.

El ministro de Defensa Alonso, quien afirmó recientemente que en “Ceuta está todo bajo control”, habría ordenado a los operativos del Centro Nacional de Inteligencia desplegados en la Ciudad Autónoma una exahustiva investigación en relación a los ‘trabajos’ que la 2ª Sección de la Comandancia General (Inteligencia Militar) había desarrollado en la recopilación de datos de personas de la vida civil (sindicalistas, representantes vecinal, políticos y responsables de medios de comunicación).

Aunque el General Gómez-Hortigüela Amillo ha ordenado una profunda investigación sobre el caso en el ámbito de lo meramente militar, el CNI y, en concreto, su jefe en Ceuta, habría recibido ordenes estrictas para determinar las verdaderas responsabilidades del caso por el que desde la jerarquía militar se cesó fulminantemente al teniente coronel José María Albarracín como jefe, en este momento, de la Inteligencia Militar en nuestra ciudad.

Anda revuelta la Comandancia General y hasta la Jefatura de la Fuerza Terrestre, sobre todo ahora que Albarracín, postrado en la cama del hospital ‘Puerta del Mar’ de Cádiz y recuperándose del grave incidente padecido, desligado ya -a la fuerza- de toda pretensión profesional de lo que ha considerado siempre su vida, la carrera militar, pueda expresar con rotundidad que es una simple ‘cabeza de turco’.

Hombre de honor donde los haya según quienes han tenido el “placer de coincidir con él”, el teniente coronel Albarracín se incorporó a su destino en la Comandancia General de Ceuta en 2006 justo cuando estaba a punto de desarrollarse el operativo destinado al seguimiento y control de algunos líderes vecinales. ¿Pudo, por tanto, un recién llegado ordenar por iniciativa propia tal operativo?. Los subsiguientes días desde el fatídico miércoles en que el Ministerio de Defensa hace pública las supuestas irregularidades, Albarracín casado con dos hijos a los que visita en Ronda cada fin de semana, no ha cesado de sostener que “cumplía órdenes”, así lo hemos confirmado de fuentes absolutamente fidedignas.

Pero el ‘bunker’, como así se le llama a las oficinas donde se ubica la 2ª Sección de la COMGE, tiene alguna grieta por donde se ha podido filtrar alguna información que comprometía las actuaciones de la Inteligencia Militar en las que se podía contrastar ‘trabajos’ de seguimiento y de información sobre asuntos no estrictamente militares. En todo caso, según pueden indicar algunos allegados a la trama, éstos no vendrían a ser más que mínimos detalles sobre la identidad y cargo orgánico de algunas personas en según qué organizaciones.

¿Quién se va de la lengua?

¿Se ha pasado de frenada en el fulminante cese de Albarracín el JEME, Carlos Villar una vez fue informado por el teniente general Pedro Pitarch, Jefe de la Fuerza Terrestre quien, según el protocolo, debió recibir el informe del Comandante General Gómez-Hortigüela Amillo -curiosamente el general es el que debe supervisar el llamado Plan Permanente de Inteligencia-?, o el que se ha pasado de frenada es el ministro al recibir información directamente del CNI, cuyo máximo responsable es el propio Alonso?.

En cualquier caso, el comunicado del 24 de enero emitido desde el Ministerio de Defensa reconociendo la existencia de alguna investigación “extra” parece un tanto prematuro, según analistas consultados, dado que públicamente no había trascendido aún los documentos que al parecer podían haber sido filtrados, desde dentro de la COMGE, a algún periodista de Ceuta.

Cuando la noticia ‘explota’ y, paralelamente, salen a la luz posibles ‘seguimientos’ a numerosas personas de la vida pública civil de la ciudad y se incide en ello pese a que desde el Ministerio sólo se reconoce dos hechos puntuales, uno durante 2005 y otro en los inicios de 2006. Curiosamente el cese ‘fulminante’ cayó de lado del último en llegar, Albarracín, en tanto que con el Tte Col Berenguer, actualmente destinado en Alemania, no se ha tenido tanta premura.

En la actualidad en la COMGE se vive “una caza de bruja que nos perjudica a todos y nos resta credibilidad”, como ha reconocido un mando de reconocida solvencia castrense. Los ‘hombres’ de Albarracín están apartados de la 2ª Sección y un ‘jurídico militar’ intenta esclarecer el asunto y, de paso, localizar a la presunta ‘garganta profunda’ que estaría filtrando ciertas informaciones.

Se especula con una próxima cadena de ceses o dimisiones.
 


¿Una carta aclaratoria de despedida?

En medio la vorágine de información que se sucede entorno a la crisis, no reconocida como tal por Defensa, en un punto tan delicado como Ceuta, una noticia corre como la pólvora en los ámbitos en que se mueve este suceso: la existencia de una carta en la que Albarracín hubiera dejado -como legado- los nombres de los mandos que le ordenaron el seguimiento a civiles nada más llegar a su destino como Jefe de Inteligencia.

En Cádiz la familia está con él y, comisionado desde la COMGE, algún mando para ‘ayudar’.
 

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