Está ya claro y sin caretas. El hólding terrorista Al Qaïda
ha desembarcado con la bandera desplegada en el Magreb,
buscando desestabilizar la región y, en Marruecos,
con un objetivo muy concreto: el magnicidio. Asesinar, al
precio que sea, al Comendador de los Creyentes, Mohamed
VI, principal escollo para sus designios.
También y como escribíamos ayer, los imames marroquíes (al
frente, hasta la fecha, de 180 de las 450 mezquitas
existentes en las bajas tierras de los diques y los
tulipanes) estarían saliendo en masa del tolerante y
acogedor Reino de Holanda en busca de, según parece, países
más acogedores como Bélgica y España en los que, van
diciendo, no se encuentran con las trabas con las que, desde
hace un tiempo, tropiezan en Holanda. Ellos sabrán bien por
qué. Yo solo lo voy intuyendo.
Comentaba así mismo los últimos movimientos de los presos
islamistas. Así y por una asociación de familares, Annassir,
hemos sabido que los cuatro de Kenitra (Abdelkrim Chouider,
Kamal Chatbi, Mohamed Atour y Ghali Issam)
reivindican el derecho a casarse en prisión, alegando que el
matrimonio tras los barrotes (con tálamo incluído, según
infiero) ya ha sido aceptado para sus colegas enrejados en
Mekinés y Fez. Por otro lado, en algunas cárceles como la de
Tánger se está procediendo al traslado a módulos especiales
de los presos islamistas de Justicia y Caridad y del
salafismo yihadista, a fin de evitar su celo misionero (una
d´awa muy activa y militante) entre, lo que faltaba, el
resto de presos por delitos comunes. También las autoridades
parece que estarían estudiando una calculada dispersión a lo
largo y ancho del país.
El otro tema es, sin duda, la situación de los detenidos
acusados de terrorismo islamista, particularmente de los
emires del salafismo entre los que, y hasta donde sé, habría
corrientes contrapuestas en cuanto a los métodos.
Remataremos este asunto, sobre todo muy enfocado hacia
Kettani, mañana miércoles.
Y, por supuesto, el gazapo: informaba ayer que el alcalde de
Ouezzan había asistido, el pasado fin de semana, al
importante cónclave de ediles y concejales del PJD en
Temara. Craso error: el regidor que sí asistió fue el de
Oued Zem, localidad del Medio Atlas y cuya
pronunciación, a oídos de un gauri como yo, es bastante
parecida a la primera. Aunque estoy haciendo progesos
importantes, es evidente que mi conocimiento del dariya
(árabe popular marroquí) deja bastante que desear. Lo sé y
tomo nota.
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