El escaparate turístico de este
país, uno de los tres o cuatro más importantes del mundo,
abre sus puertas para dar a conocer las excelencias de la
heterogénea oferta que propone lo ibérico. Ceuta, cuyo
potencial económico se circunscribe, casi exclusivamente, al
comercio y al propio turismo que reclama esa inusual oferta
comercial (cercana al concepto de zoco, pero controlado), no
puede dejar pasar esta ocasión para abrir las perspectivas
que en este terreno posee, no sólo como ciudad fronteriza,
además por la amplia realidad geográfica de la que se puede
surtir el visitante.
Los primeros representantes de la Ciudad cogen ‘carretera y
manta’ hoy para revisar el stand situado en el pabellón
séptimo (número 206) de la Feria Internacional de Turismo
madrileña. Que todo esté a punto para que cuando los Reyes
de España corten la cinta inaugural, la avalancha de
visitantes no dejen de pararse ante las propuestas ceutíes,
cuyo día especial será pasado mañana, puntualmente dedicado
a la Ciudad Autónoma.
El presidente de la Asamblea, Juan José Vivas Lara, llegará
el primer día del mes de febrero al recinto ferial de la
capital española para hacer estos honores, los que se
circunscriben la mentada oferta y que van directamente
ligados al futuro de la ciudad.
Ceuta tiene que decir mucho en FITUR; porque tiene
propuestas y porque en ello ‘cuelga’ su futuro, pero hay que
ser realistas y mirar su entorno para conseguir hacer de
este paraje envidiable un sitio envidiado, algo de lo que
saben mucho los publicistas. Sumar al generoso clima y al
devenir de su inusual comercio más posibilidades, las que se
derivan de una oferta cultural que apenas asoma la cabeza (y
que en otros lugares inminentemente turísticos ha demostrado
se un ‘potencionalizador’ de dicha oferta) con el mimo de su
paisanaje y el cuidado de cuanto rodea.
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