Tres eran tres las hijas de Elena, tres eran tres y ninguna
era buena. Tampoco parecen ser, a lo que parece buena gente
(siempre, eso sí, con la presunción de inocencia por
delante) alguno de los internacionales parientes políticos
de Ahmed Soufri, el empresario sueco con negocios en
Dinamarca e intereses inmobiliarios y agrícolas en la ciudad
del Dersa y cuya detención en Tetuán, en este
mes de enero, va dando mucho de que hablar. Y lo que te
rondaré morena, que aun quedan por editarse los capítulos
finales de esta interesante serie. No se la pierdan.
Recordemos que el patriarca de la familia fue apresado en
una de las últimas redadas de la policía marroquí por la
madrugada, como es costumbre sana y habitual en todo
servicio de seguridad que se precie. Cuentan que tras no
encontrar al yerno, el ubicuo Othmán Hamlichi, en la
intervención de la 1 de la mañana las autoridades, celosas
de su deber, decidieron no quedarse con las manos vacías
volviendo a entrar en el domicilio familiar a las 6 del
amanecer, con el alegre kikirikí del gallo, que cantaba
Joan Báez, a por el suegro. Algo es algo. Más vale
pájaro en mano que patada en los huevos. También me
cotillean, en susurros y con los ojillos extraviados, que el
Othmán de marras llegó a ser interceptado en Bab
Sebta pero que de uno u otro modo logró escabullirse,
bien largando flus o hasta pudiera ser que inocentemente
camuflado tras el pasaporte de uno de sus hermanos. Y eso
que esto de los pasaportes cedidos es más peligroso que el
sida, que se lo pregunten sino al tetuaní Mohamed
Haddad, quien no hace mucho se lamentaba contándome que
todavía no logra sacudirse las salpicaduras de su tangencial
implicación en la masacre madrileña del 11-M, de la que
todavía no sabemos -¿recuerdan- la verdad. Habrá que
preguntarle al depurado general Laânigri que opina de
ello.....
Fátima Soufri, la atribulada hija de Ahmed,
se despachaba días pasados en la televisiva Al Yazzira
contando que sí, que su padre era muy piadoso y rezador pero
que de eso a financiar a jóvenes marroquíes para ir a
inmolarse a Irak rien de rien (lo escribo en francés
para dar tono, porque en sueco no tengo ni pajarera idea).
¿Y que es del resto de tan original familia?. Veamos pues
con tiento y prudencia, porque la justiciera espada de
Dámocles sigue pendiendo sobre las cabezas de este presunto
conglomerado de extremismo islamista. Resulta que Fátima,
la buena, tiene al menos varios cuñados que no pudieran, en
principio, serlo tanto y lo que es más bueno en esta
internacional familia y ahí está la gracia: uno, me aseguran
que el más enrabietado, ha salido pitando hace poco del
Madrid donde residía mientras que otros dos hermanísimos,
sorpresa, sorpresa, adivine el avispado lector por donde
anduvieron o siguen andando.
Otro nimio detalle a tener en cuenta sería la en su momento
hospitalaria generosidad de algunos líderes locales del
islamismo radical, como aquél conspicuo líder (un tal Filali)
del en principio pacífico movimiento islamista marroquí
Justicia y Caridad (sí, el del iluminado jeque Yasin)
discreta pero firmemente asentado ya, chuia, chuia, en la
Ciudad.
Mientras, en Tetuán, el respetado Bouhoubza
(parlamentario por el PJD, importante formación política del
islamismo moderado marroquí) ha enviado una carta a las
autoridades protestando (por las formas y maneras, me
matizan) de las últimas detenciones y en Ceuta,
ciudad querida, un conocido y ambicioso abogado de un
importante bufete de la Ciudad repasa la legislación al
respecto para defender en los tribunales, si así finalmente
procediera, a los miembros de tan internacional famila que
aleguen la nacionalidad española.
Marruecos lo tiene más crudo. Othmán
Hamlichi, actualmente en búsqueda y captura
internacional, parece haber corrido al abrigo protector de
su mujer, de nacionalidad sueca. Y resulta, vaya por Dios,
que el honrado Reino de Suecia es el único
estado europeo que sigue dando acogida a huídos marroquíes
que aleguen, todavía a estas alturas, el estatuto de
refugiado político.
Otros expertos en esto de los visados múltiples son
bastantes avispados traficantes de cáñamo o de lo que sea y
que, como moscas a la miel al igual que algunos terroristas
etarras, están volando a Venezuela donde el régimen
autocrático del golpista Chávez reparte
nacionalidades con profusa generosidad. Rabat (y
Madrid) supongo que algo deberían decir.
La traca final me la reservo por el momento. Sí, soy mal
periodista: entre la noticia y la seguridad me quedo con la
segunda. Seguro. Siempre.
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