Sabido es el auge que vivió en
1990 la prensa española, caracterizado por el crecimiento de
la oferta de la prensa regional y local, por diversas
coyunturas favorables. La batalla más decisiva se libraba en
domingo. Era el día elegido para que los diarios más
importantes, con el reclamo de los suplementos, a veces con
regalos incluido, triplicaban sus tiradas habituales. Ese
día la prensa costaba el doble, pero el lector daba por
bueno el precio.
Aquel hecho, destacado en su día, se me ha venido a la
memoria viendo de qué manera los ceutíes acuden cada mañana
en busca de los periódicos locales. Llegan con prisas a los
quioscos de ventas, con el temor de haberse quedado ya sin
su correspondiente ejemplar. El que les va a permitir
obtener el cupón de esa oferta que dos navieras están
ofreciendo para viajar por un precio módico. Una promoción
acordada con los periódicos de la tierra.
El atractivo del cupón es tan grande que los quiosqueros se
ven desbordados por un público ávido de hacerse con él. En
vista de semejante revuelo, y ante mi desconocimiento de
cómo está montado el negocio, decido interesarme por lo que
piensan al respecto los propietarios de las agencias de
viajes.
Me siento ante uno de ellos y voy directo al grano: menuda
bicoca os habéis encontrado gracias a la gestión de los
editores de los periódicos locales. Ante mis palabras, el
dueño de la agencia se levantó como impulsado por un resorte
y con la cara desencajada me dijo lo siguiente:
-Ni de broma te permito que me hables de los cupones. Que
llevo varias semanas sin vender un billete de barco.
Bueno, en principio me sorprendió la actitud encrespada del
amigo, de natural tranquilo y amable, y luego le pedí que me
aclarase el porqué de su disgusto.
-Mira, Manolo, los cupones de la promoción de
Buquebus se están canjeando por billetes de pasajeros y
coches en las instalaciones de un periódico. Lo cual es una
competencia desleal que se nos hace a las agencias de
viajes.
-¿No te estarás refiriendo a El Pueblo de Ceuta?
-No. El Pueblo trabaja con las agencias de Viajes. Como debe
ser.
-¿Tomaréis medidas?
-Sí. Muy pronto recurriremos a la delegación del Gobierno y
daremos los pasos necesarios y consiguientes.
A medida que avanza la conversación, me voy enterando de
otras cosas que pueden ser motivo de discordia en cualquier
momento. Que en esas instalaciones del periódico ofrecen
cupones para viajar en clase vip. De la cual, presuntamente,
carece el barco. Y que el Estado, representado por cualquier
autoridad al respecto, puede intervenir más pronto que tarde
para preguntar cómo es posible que ahora se expendan más
billetes que nunca de esa categoría.
Se me recuerda, por poner un ejemplo, la que se lió cuando
fue descubierto que muchos militares hacían trampas con los
tiques de residentes. No olvides, me dice mi comunicante,
que el Estado subvenciona la mitad del precio del billete. Y
sus funcionarios, que no son tontos, se darán cuenta de que
hemos pasado de no viajar casi nadie en “sala vip”, a ser la
más frecuentada.
O sea que lo que no deja de ser una extraordinaria idea para
que los ceutíes se sientan aliviados en esa carga económica
que supone viajar en barco pueda naufragar por culpa de
quienes han visto en la promoción un modo de ganar una pasta
gansa.
-Sin duda. Y sería una pena que esa promoción de las
navieras al alimón con los periódicos se fuera al garete por
haber empezado llena de argucias y despropósitos para hacer
algunos más caja de la que les pertenece en buena lid. Es la
picaresca española.
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