En la colaboración reside el
principal escenario para mejorar el autogobierno de la
Ciudad Autónoma de Ceuta, ha dicho el presidente Vivas ante
la figura del delegado del Gobierno, Jenaro García Arreciado
en el acto protocolario realizado ayer por el que se han
traspasado las competencias en materia de Transportes.
El representante estatal no le fue a la zaga en este ánimo
de cordialidad institucional que embarga los encuentros
oficiales entre la Ciudad y el Estado. Arreciado mostró su
deseo de que no sean éstas, las últimas trannsferencias que
firme.
Ante la evidencia del desencuentro nacional establecido, a
causa de los indeseables de ETA, las cordiales relaciones
institucionales en Ceuta son, en sí mimas, una muy buena
noticia.
El permanente discurso de Vivas, como presidente de Ceuta de
colaboración y lealtad institucional así como la moderación
y el equilibrio que también se sustenta en la representación
de la Administración General del Estado, evita que la ciudad
se vea salpicada de un más que evidente maremagnun
previsible de no ser éste el modo en que se relacionan
actualmente las dos administraciones.
Cierto es que Ceuta no merece desencuentros derivados de una
pugna política interpartidos que debilitaría la ya de por sí
mermada y frágil ciudad. La responsabilidad, el buen hacer y
la altura de miras son muy necesarias y exigible a quienes
cuentan con el deber de cumplir y procurar el bien general
de los ciudadanos más allá de agrias disputas de índole
político.
Con la firma de este nuevo tramo competencial se cumple casi
con la totalidad de lo previsto en el actual pero viejo
Estatuto, en fase actual de reforma. Un Estatuto que ha
cumplido con una función desde su aprobación, pero que una
década después debe adaptarse ante la imperiosa necesidad de
converger en situación administrativa con el resto de
territorios del país.
No debe ser ésta la última competencia que asuma Ceuta.
García Arreciado desearía firmar más -así lo deseó ayer-, lo
que indicaría que desde el MAP se puede contemplar ya muy
seriamente la devoluión competencial, de algún modo, del
Urbanismo.
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