A veces, cuando te sientas ante el
ordenador a escribir lo de cada día, piensas en cómo es
posible que haya personas qué gobiernen una ciudad sin tener
mando alguno sobre ella. Aunque pueda parecer una
contradicción estas personas, como las meigas, haberlas
haylas en todos los pueblos y ciudades de España a igual
que, con la democracia, nacieron todos esos ineptos que han
conseguido cuotas de poder que no permiten, bajo ningún
concepto, la aparición en el ámbito político de nadie que
por su preparación y conocimientos les pueda mover el sillón
del poder.
Cierto es que el hábito no hace al monje, pero ese refrán,
auténtica verdad, no es aplicable en aquellas ciudades donde
se les paró, a gran parte de sus habitantes el reloj en
tiempos pasados, y sigue siendo un gran problema darle
cuerda y ponerlo al día, sobre todo por el qué dirán. Frase
esa, “del que dirán”, que se sigue manteniendo en todos los
pueblerinos que, aún, siguen viendo como personajes
importante, de sus pueblos, a aquellos que llevan chaqueta y
corbata, aunque a algunos de estos personajes, ambas
prendas, les queden como a un cristo dos pistolas.
Además, de todos estos personajes con mando sin tener mando
alguno, existen otros que se creen el ombligo de la ciudad e
incluso llegan a pensar que sin su sola presencia y
dedicación a los temas importantes de esta tierra, aunque no
pinten nada en ella porque así lo decide cada cuatro años el
pueblo, Ceuta no sería nada.
Son todos esos personajes que quieren ser, el niño en el
bautizo, el novio en la boda y el muerto en el entierro.
Ególatras absurdos que se permiten el lujo de criticar todo
cuanto se le ponga por delante, aunque ellos nunca hicieron
nada destacable en cuanto cargos ocuparon, más bien metieron
la patita hasta el corvejón, llevando a todos los ceutíes a
pagar de sus bolsillos casi quinientos millones de las
antiguas pesetas, gracias a su maravillosa gestión
En ocasiones, estos ególatras acomplejados, cuando carecen
de argumentos para hacer criticas al contrario recurren al
insulto como armas más destacable de sus sapiencias e
incluso hacen comparaciones vergonzantes trayendo a
coalición, para hacerlas, a personajes que ya no están entre
nosotros y que merecen un respeto. Esos insultos y esas
comparaciones, sólo muestran el carácter de los grandes
complejos que atesoran sus personas
Lo curioso del caso, es que estos insultos y esas
comparaciones, son permitidas por quienes dicen ser amigos
del insultado. Oiga, a migo guarida, que esto de la
permisión de los amigos del insultado no es broma que es muy
en serio. Es más algunos de estos “amigos” del insultado
reciben, por parte de éste, unos buenos dividendos cada año.
Cosa que no entiendo, la ayuda de buenos dividendos del
insultado a uno de esos grandes “amigos”, para que le
pongan, cada dos por tres, de chupa domine y además se le
insulte.
Cómo es posible qué el insultado, teniendo la sartén por el
mango, permita qué un día a la semana le “vistan de limpio”
sin ponerle freno al asunto y manteniendo la ayuda económica
al “amigo” que deja qué le insulten. Y más curioso resulta,
aún, que otro “amigo” que debería protegerlo no aproveche la
amistad que le une al que recibe la pasta gansa para
pararlo. Hay amistades que matan.
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