La memoria histórica en nuestra
tierra es ciertamente débil. Acontecimientos que suponen, en
el momento, una vorágine ciudadana caen en el olvido a poco
que transcurren los meses, los años... y no digamos las
décadas.
El dicho tan utilizado y tan, a la vez, cierto de “es
necesario conocer los errores del pasado para no cometerlos
en el futuro” en nuestra ciudad, por mal que nos pese a los
que insistimos en el uso de esta memoria, no es
excesivamente válido. ¿Por qué?, la pregunta tiene una muy
complicada respuesta y aún peor análisis.
Las hemerotecas, no obstante, dan buena fe y prestan un
servicio excelente a los que buscan la verdad en cualquier
circunstancia o diatriba que se presente en términos
políticos, claro, para refrescar la memoria a los que bien
les falte de veras, bien se hagan los olvidadizos.
Otro dicho fantástico es aquel que procuran seguir los
comedidos, las personas con responsabilidad y, por ende,
todo aquel que por una causa u otra muestra respeto ante
cualquier compromiso adquirido en público: “El hombre es
esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios”.
Dicho lo cual, en los últimos días hemos venido comprobando
cómo se habla hoy de actuaciones políticas del pasado. Y se
habla con cierta alegría aderezada además con un toque,
incluso, de atrevimiento en función de cómo se defienden
posturas en Ceuta sin haberse cuidado antes de mirar al
pasado más o menos reciente.
En los últimos días hemos asistido a una escalada de
afirmaciones de políticos que, guardadas en la memoria de
las hemerotecas, pasarán factura en su momento ‘procesal’
oportuno.
Dejando a un lado el ya cansino debate entre los grandes
partidos nacionales con representación en Ceuta sobre
quiénes son los ‘padres’ de las infraestructuras de la
ciudad, más deberían preocupar declaraciones como la del
ínclito Llamazares, coordinador general de IU, denominando a
la Ciudad como una institución “pseudocolonial” a la que,
por cierto, aspira a gobernar porque se presenta en unión de
un partido localista ceutí. Lo dicho, esclavo de sus
palabras.
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