Cuando nos ponemos delante del
ordenador a escribir pensamos que todos los ceutíes nos
leen, escribimos para eso. Pero la mayoría de las veces lo
hacemos para el que tiene interés sobre lo que escribimos.
En realidad tú escribes y el que tiene dinero para pagar un
euro, compra el periódico, el pobre casi nunca lee el
periódico, y eso a parte de triste es injusto. Los otros los
pederosos leen por si los ponen a parir por sus injusticias(
siempre tienen a alguien que le lee la prensa, es chivatillo
nº 2002), porque el poder tiene la poca vergüenza de que la
administración y la institución a la que pertenece le compra
la prensa.
No se gastan un duro en leer las noticias. Y encima el
correspondiente conductor o chofer oficial se la lleva a su
casa, como suelen hacer con otras prebendas producto de sus
corruptas órdenes. Otras veces tus palabras pueden llegar a
todos, y los que las leen no quieren entender lo que les
dices, o piensan que eso no va con ellos, o maquinan la
forma de hacerte desaparecer de la escena social, tomar
represalias contra ti, y si no pueden contigo seguro que
buscaran mil argumentos para perseguir a tu familia.
Escribir por escribir es absurdo, grave y cobarde.
La verdad no puede ser solo escrita; hay que escribírsela a
alguien o a muchos. A alguien que sepa utilizarla para
mejorar las situaciones que la mentira ha destruido. Los que
escribimos y los que nos leen, si son gentes de bien,
descubren la verdad juntos. Por eso siempre digo que me
manden algún correo electrónico y que en el me digan sobre
que temas quieren que escriba; escribo solo para el pueblo y
quiero que el pueblo sea el único que me diga lo que debo
hacer; luego vendrán las censuras propias de las palmadas en
la espalda para que deje de tocar determinado tema o a
determinada persona. Pero la verdad debe ser dicha con
astucia y comprendida del mismo modo.
Para nosotros, escritores, es importante saber a quién la
decimos y quién nos la dice; a los que viven en condiciones
intolerables debemos decirles la verdad sobre esas
condiciones, y esa verdad debe venirnos de ellos. No nos
dirijamos solamente a las gentes de un solo sector: hay
otros que evolucionan y se hacen susceptibles de
entendernos.
Hasta los terroristas, los delincuentes y los que abusan de
poder son accesibles, con tal que comiencen a temer por sus
vidas. Cuantos militantes decentes socialistas y comunistas
convencidos, se han pasado al PP cuando vieron el grado de
amiguismo y corrupción que se generó durante el periodo
socialista de Felipe Gonzalez; cuantos viendo que los
hermanos, primos, amigos disfrutaban de prebendas y ellos
seguían en para se cambiaron de chaqueta. La verdad es de
naturaleza guerrera, y no sólo es enemiga de la mentira,
sino de los embusteros.
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