La antigua Estación de Ferrocarril que unía Ceuta con Tetuán
se construyó en 1913. Promovida por los Ministerios del
Estado y de la Guerra, se inauguró oficialmente el 17 de
mayo de 1918. La línea estuvo en servicio hasta pocos años
después de la Independencia de Marruecos. Más de cincuenta
años fuera de servicio han servido para que la Ciudad
promoviera un proyecto de rehabilitación de este emblemático
edificio para convertirlo en una biblioteca pública con una
sala donde se expondrá al público la locomotora que se
conserva en estas instalaciones. Ceuta no quiere perder su
último tren y por eso, las Consejerías de Cultura y de
Fomento gestionaron a través de Emvicesa la elaboración del
proyecto. El estudio de arquitectos Aranguren y Gallegos,
S.L. ganó el concurso público con la idea de restaurar el
edificio para destinarlo a una biblioteca de barrio,
conservando las características arquitectónicas exteriores e
interiores.
El proyecto contempla la colocación en el antiguo andén de
una de las primitivas máquinas utilizadas en la línea de
ferrocarril desaparecida así como la urbanización del
entorno del edificio. Los ciudadanos accederán al área de
información y referencia, audiovisuales, prensa y sala
infantil en la primera planta de la futura biblioteca para
subir a la planta alta donde descansarán la sala de adultos,
los depósitos, la dirección, la administración y la zona de
personal. La investigación previa a la confección del
proyecto final fue muy interesante. Sus autores estudiaron
fotografías antiguas para detectar posibles variaciones de
la estación a lo largo de su funcionamiento y analizaron el
estado actual de otras instalaciones similares de la línea
de ferrocarril para identificar elementos que ya han
desaparecido en la estación de Ceuta y que es preciso
recuperar, como carpinterías, determinados detalles
ornamentales o cerrajerías.
La rehabilitación de la estación requiere un tratamiento del
espacio exterior como una “auténtica plaza pública” donde el
conjunto de nuevas viviendas colindante se relacione con la
memoria histórica de la ciudad encarnada en este edificio.
El objetivo es conseguir que la biblioteca se perciba como
una estación ferroviaria, para ello, es preciso, según los
arquitectos, recuperar el tendido de vía frente al apeadero,
remarcando este trazado con la colocación de la antigua
máquina locomotora sobre ella, liberando así el espacio que
ocupa en el pedestal de hormigón lateral al edificio
histórico.
La creación de un espacio cubierto, un “hangar” que atrape
en doble altura todo el frente del apeadero de la estación y
que se deslice hasta cubrir la locomotora permitirá que los
usuarios puedan ver la maquinaria, que queda desplazada del
anden y cierra el lado izquierdo de la estructura. Este
cerramiento recuperará el antiguo concepto luminoso que
cualquier estación de trenes del siglo XIX creaba sobre los
trenes y los andenes. Se trata de un cerramiento ligero,
metálico y cristalino que funciona como filtro solar. Es una
concepción vanguardista de la arquitectura que se basa en
líneas oblicuas para dotar de expresividad al conjunto. La
edificación y su funcionamiento interno se volcarán sobre el
espacio que cubre el antiguo anden. Su pórtico, albergará en
la planta baja la sal de lectura infantil y juvenil, y se
creará sobre él, en la planta alta, un nuevo espacio de
lectura para la sala de adultos. Ambas, se conciben como
espacios funcionales, transitables en toda su superficie con
un suelo cristalino sobre la antigua vía. La antigua
escalera central cruciforme se sustituirá -porque
imposibilita un acceso adecuado que cumpla con la normativa
vigente- por otra con un trazado que permita la creación de
espacios de vestíbulo y recorrido que facilitarán el acceso
por las puertas centrales, creando una cómoda continuidad
entre las dos plantas del edificio.
El espacio exterior se diseñó con un nuevo arbolado y una
pavimentación y ajardinamiento con un trazado en bandas. “La
pequeña manzana pasa a entenderse como una plaza urbana, más
que como un ensanchamiento del acerado, como ocurre en su
estado actual”, muestra el proyecto. A esta plaza se asomará
en su parte posterior izquierda el nuevo espacio cubierto y
traslúcido que protege la locomotora una vez restaurada,
pero quedando en todo su frente para que se muestre la
máquina en relación directa con el espacio urbano.
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La Estación espera la financiación que concede el 1%
Cultural
El proyecto de rehabilitación de
la antigua Estación de Ferrocarril está a la espera de que
el Ministerio de Fomento autorice su financiación,
estipulada en el 1 por ciento Cultural. En septiembre de
1996, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de Ceuta
solicitaron a la Dirección General de la Vivienda, el
Urbanismo y la Arquitectura del Ministerio de Fomento que,
con cargo al 1% Cultural se procediera a la rehabilitación
del edificio para ser destinado al uso de museo, archivo o
biblioteca. El día 30 de octubre de 2002 la Comisión Mixta
del 1% Cultural de los Ministerios de Fomento y Educación,
Cultura y Deporte, aprobaron diversas actuaciones destinadas
a la recuperación del Patrimonio Arquitectónico e Histórico
de interés cultural, entre las que se incluyó la
rehabilitación de la antigua estación de ferrocarril y su
entorno, en Ceuta.
La Ciudad gestionó el concurso público para la selección del
proyecto, que se remitió al Ministerio para conseguir la
financiación. Desde la Consejería de Cultura señalan que
actualmente, se encuentran a la espera de que el Ministerio
dé luz verde al proyecto.
La última gran inversión que Ceuta recibió por parte del 1%
Cultural del Ministerio de Fomento se dirigió a la
restauración del Revellín de San Pablo en las Murallas
Reales con una aportación de 600.000 euros. Esta subvención
fue una de las 53 ayudas que el Estado aportó para las
comunidades autónomas.
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