15. LUNES
La visita del Cartagena, considerado uno de los equipos
fuertes de la categoría, me hizo acudir al Alfonso Murube.
Sin saber, por supuesto, el chasco que me aguardaba. En el
descanso, le dije a unos aficionados, que requerían mi
opinión sobre lo visto, que los jugadores visitantes tenían
más cuentos que Calleja. Y que al equipo local bien podría
cantársele lo de miedo, tengo mucho miedo... Hacía mucho
tiempo que yo no veía jugar en Segunda División B a
futbolistas presumiendo de estar sobrados de habilidad,
técnica, táctica..., cuando en realidad se limitaban a
pasarse la pelota al borde del área propia con riesgo
siempre para su marco. Mientras ello ocurría, los jugadores
locales permanecían sometidos a un repliegue intensivo que a
nada conducía. Yo no digo que hubiesen estado todo el tiempo
presionando muy arriba. Pero sí que lo hubieran intentado a
intervalos. Ora cinco minutos de acoso, ora siete, luego
diez... Y así hasta comprobar cómo reaccionaban los
murcianos. Por lo tanto, no entiendo, visto lo que vi, que
Carlos Orúe declarase que el empate era un logro ante un
gran equipo. A lo mejor es que yo asistí a otro partido.
16. MARTES
Pedro Gordillo y Mohamed Alí se tienen ganas. Se les nota
que la tirria que se profesan va aumentando a medida que
transcurren los días. Parece ser que le han cogido gusto a
ponerse ambos como chupa de dómine y hasta compiten en ver
quién le zurra mejor la badana al otro. Una situación nada
agradable y que a ninguno beneficia y mucho menos deja en
buen sitio a las formaciones que representan. Cualquier
motivo es bueno para que los dos políticos se enzarcen en
una disputa agria, cuajada de insultos y poco edificante. Lo
peor de todo es, sin duda, que el asunto que últimamente ha
servido para enfrentarlos nunca debe ser aireado de la
manera que lo vienen haciendo ellos. El Ejército, y creo que
los enfrentados lo saben muy bien, es una institución seria
y conviene dialogar con sus mandos antes de gritar
cualesquiera inconveniencias. Hacer juicios temerarios a
nada conducen. Y mucho menos echar mano de la demagogia para
herir susceptibilidades. Gordillo y Alí, pues, deben pensar
que están jugando con fuego y pueden achicharrarse. El
Ejército no debe ser motivo de discordia para conseguir
votos.
17. MIÉRCOLES
El estado del hospital, caótico a todas luces, se ha
convertido en un mal crónico. Luego está la falta de
personal; otra dificultad añadida a unas instalaciones
viejas y donde reina la precariedad. La desoladora situación
viene de lejos. Ninguno de los Gobiernos, a partir de la
democracia, han conseguido solucionar los enormes problemas
que tiene la Sanidad en Ceuta. Un problema que se ha
enquistado y cuya solución es la que suelen aplicar los
cirujanos: sajar por lo sano. Pero esa terapia parece
imposible aplicarla en este caso. La Ciudad no tiene
posibilidades económicas para pedir que le transfieran las
competencias y el Gobierno central no está dispuesto a que
Ceuta deje de padecer unas deficiencias sanitarias
improcedentes y bochornosas. Se habla, cuando los sindicatos
han regresado de Madrid sin lograr los acuerdos pertinentes
con la Administración, de que muy pronto será inaugurado el
hospital de Loma Colmenar. La verdad es que será bien
recibido. Mas con ello no basta. ¿De qué vale un nuevo
centro si éste carece de profesionales suficientes para
atender las enfermedades necesitadas de diagnósticos y
terapias, en una población de 70.000?
18. JUEVES
Juan Luis Aróstegui, una vez más, en El dardo de los jueves,
arremete contra el presidente de la Ciudad, Juan Vivas. Y lo
hace, como siempre, atacando acerbamente a la persona más
que al político. Lo cual demuestra la mucha aversión que
siente por JV el Secretario General de Comisiones Obreras en
Ceuta. Un sentimiento de rechazo causado, sin ninguna duda,
por la envidia. Un comportamiento irritante que termina
siendo tóxico para quien lo padece. En este caso, me
atrevería a decir que JLA no es capaz de entender que la
persona que él tacha de advenedizo político, haya sido capaz
de ganarse la credibilidad de los ciudadanos y que éstos,
mayoritariamente, se lo demuestren en las urnas. De ahí que
cada jueves eche diatribas contra el presidente. Y lo tache
de acomplejado y hasta se atreva a compararlo con personas
ya fallecidas, con ánimo de ridiculizarlo. Quien así se
manifiesta, cada semana y en contra de la misma persona,
jamás podrá ganarse el respeto de sus conciudadanos y, desde
luego, está condenado a ser castigado en las urnas. Es el
castigo merecido por cualquier mindundi. Y Juan Luis
Aróstegui viene evidenciando que carece de categoría. Mala
apuesta han hecho algunos empresarios. Este fulano no saldrá
concejal ni repartiendo billetes de quinientos euros.
19. VIERNES
El comandante general de Ceuta, Gómez Hortigüela, recibió a
Mohamed Alí, quien lidera el partido de la UDCE. El motivo
de la entrevista, solicitada por el diputado, era debido a
que éste creía que en el Ejército se discriminaban a los
soldados musulmanes. Una creencia que había enfrentado al
jefe de la oposición con Pedro Gordillo, senador del PP. La
semana pasada ya dijimos que ambos habían dado un
espectáculo lamentable y peligroso para la convivencia de
esta tierra. Sin embargo, y tras finalizar la ansiada
reunión de Alí con el comandante general, el político
declaró sentirse satisfecho de las explicaciones dadas por
el general. Lo cual no me ha extrañado en absoluto. Puesto
que Gómez Hortígüela tiene don de gentes, es dinámico y
tiene buena presencia. Y si encima sus explicaciones han
conseguido aquietar los ánimos exaltados de Alí, miel sobre
hojuelas. Ahora bien, en cualquier otra ocasión y ante otro
problema, bien haría el jefe de la oposición en no partirse
de ligero repartiendo octavillas innecesarias y preñadas de
discordia. Yo considero un buen político al líder de la UDCE.
Por esto digo lo que siento.
20. SÁBADO
Primero fue el caso de Sánchez Paris; más tarde el de
Alberto Solano; ahora, cuando el fiscal José Luis Puerta se
ha pronunciado en el ‘Caso Piniers’, el PSOE se ha echado
encima de Juan Vivas para ver de qué manera lo puede poner a
los pies de los caballos antes de las elecciones. Los
socialistas, y sobre todo sus diputados en la Asamblea,
están en su perfecto derecho de fiscalizar todas las
actuaciones del Gobierno y denunciar cualquier atisbo de
corrupción que descubran. Que ya los jueces se encargarán de
poner a cada cual en su sitio. No obstante, conviene
destacar un hecho que seguramente no habrá pasado
inadvertido a los ciudadanos. El presidente de la Ciudad,
por más que sus opositores aireen con machaconería lo ya
reseñado, se mantiene sin decir una palabra más alta que
otra. Aguanta el chaparrón sin inmutarse. Una actitud acorde
con la compostura que ha de mantener un político cuando está
convencido de que no ha transgredido las leyes. Lo del
alcalde de Alhaurín el Grande, vociferando contra los
socialistas, mientras enfilaba el camino de la cárcel, no es
de recibo.
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