La comunidad científica está constatando que el cambio
climático ha dejado de ser esa ‘leyenda asustaniños’. El
otoño que se acaba de cerrar ha sido el más cálido en Europa
desde el siglo XVI. Para la Comisión ballenera Internacional
es el “tema del año”: cómo afecta el aumento de la
temperatura del medio marino a los cetáceos. Este organismo,
que solo regulaba la caza de ballenas en un principio, ha
extendido sus actividades a la conservación de estos
animales. Diez veterinarios de distintos puntos del globo
realizarán un informe sobre esta problemática para analizar
la situación en un Comité que se celebrará el próximo mes de
mayo en Alaska. Uno de estos expertos, será Álvaro García de
los Ríos los Huertos. Miembro de la Asociación Septem Nostra,
elabora actualmente un estudio sobre las consecuencias del
cambio climático en los cetáceos.
“Se elaborarán diez informes veterinarios, entre los que
constará Ceuta, y concretamente, hablaré del aumento de la
temperatura en el Mediterráneo y cómo afecta a los cetáceos.
Me encuentro en pleno proceso de investigación y parece que
la clave está en nuestro caso en las medusas, es decir, el
aumento de temperatura ha producido también un aumento de
las medusas y el cambio de hábitats de peces que buscan
aguas más frías, incluso de cetáceos, que han cambiado su
comportamiento, y los delfines, que además interaccionan
negativamente con las medusas. Es el drama de este año,
realmente preocupa mucho”, comentó. Un estudio de la
Universidad británica East Anglia manifiesta que la
presencia de peces como la caballa ‘scomber scombrus’ ha
disminuido en el Mediterráneo por las altas temperautas, ya
que se reproduce en invierno y es de aguas frías. “Todo
cambio empieza por abajo, hablo de pirámide entrófica, si el
cambio está afectando a las caballas, terminará afectando a
los delfines obviamente, que se alimentan de caballas entre
otras cosas”, explicó.
Tortugas
En una semana dos tortugas han varado en el litoral ceutí.
El pasado martes apareció una tortuga boba muerta en la
playa de San Amaro, que se localizó entre unas cañas. Dos
días después se constató el fallecimiento de otro ejemplar,
en este caso, una tortuga laúd, en la costa del Tarajal. Los
miembros de Septem Nostra apuntan hacia la actividad
pesquera de la zona y la utilización de redes de arrastre.
“Otro aspecto es cómo afecta el cambio climático a las
tortugas, pero no olvidemos que son animales de sangre fría,
es decir, adaptan su temperatura corporal a la ambiental. No
les afecta porque viven en los trópicos y el agua es más
caliente. Pero sí es cierto que la cantidad de medusas puede
afectarles”, apuntó. La relación entre una cantidad ingente
de medusas y la escasez de tortugas no está comprobada,
según Álvaro García. Este experto ceutí destacó, además, la
puesta en marcha de una interesante exposición sobre el
fenómeno denominado ‘marea roja’, que consiste en la
concentración de componentes del plancton cuyos pigmentos
rojizos tiñen el agua, de ahí su nombre. “El bloom de la
marea roja es venenoso. Los peces acumulan en la grasa estas
toxinas al consumirlo. Eso está afectando mucho a los
hábitats marinos por el cambio climático. Está matando
focas, delfines”, añadió.
|