Ahora está de moda, en las
distintas cadenas de televisión dedicadas a la cosa de la
telebasura, hacer pasar a los que llevan a esos programas,
siempre son los mismos, por “El detector” o por ”El
polígrafo” que son esos aparatos, manejados por unos
técnicos o entendidos en esa materia, por los que hacen
pasar a quienes se prestan a ello, para saber si dicen la
verdad, sobre lo que les preguntan o por el contrario
mienten.
Me estaba pensando, en el supuesto que pueda pensar algo que
eso es materia exclusiva de la grandes ”lumbreras” de esta
tierra mía, que podríamos hacer pasar por semejantes
aparatos a todos aquellos polítiquillos del tres al cuarto,
también llamados de medio pelo y a los advenedizos
incorporados a ese fenomenal elenco antes mencionado.
Oiga, amigo guarida, nos íbamos a divertir lo que no está
escrito, con la cantidad de chorradas y mentiras que iban a
salir a relucir, de la boquita de piñón de toda esa fauna,
en la que mienten más que parpadean y sus ojitos no paran.
Esto de que mienten más que parpadean y sus ojitos no paran,
tengo que reconocer que lo decía la sabia de mí abuela y
servidor, como es natural, lo aprendió para largarlo en el
momento oportuno.¡La de cosas que aprendí de la sabia de mí
abuela!.
Así que con permisos de las “lumbreras” esas, que son las
únicas que tienen la facultad de pensar en esta tierra, me
he tomado el atrevimiento de, por unos segundos y
pidiéndoles perdón por semejante atrevimiento, pensar en
ponerme en contacto con algunos de esos entendidos que
manejan semejantes cacharrosy hacerles algunas preguntas a
algunos de esa fauna de los politiquillos de medio pelo.
Muevo mis contactos, con algunos compañeros de televisión, y
me aseguran que no tienen inconveniente en desplazarse para
ese ejercicio siempre que, algunos de esa fauna, se presten
a ello. Y es, ahí, donde me encuentro con la verdadera
dificultad. ¿Serán capaces, algunos de ellos, de prestarse a
semejante ejercicio?.
La única solución posible es hacerme pasar por alguno de
ellos sin que el tío del polígrafo se entere del asunto.
Total que el entendido llega, me pone cables por todas
partes y ya estoy cableado aunque, seguramente, va a estar
más cableado el que se dé por aludido.
Primera pregunta ¿No es cierto qué, usted, está en este
partido porque en el partido al que se quiso apuntar le
dijeron que naranja de la china?. Rápidamente doy la
contestación. En este partido, en el que estoy con gorra y
pito de mando, es donde siempre he querido estar. Y va el
gachó del polígrafo y me contesta que el aparato dice que
miento.
A la pregunta de si trato de “cargarme”, en todo momento, a
quienes valen más que yo. La repuesta es: que de ninguna de
las maneras. Que si hay algo que respeto es a las
inteligencias superiores a la mía. Y va, el desgraciado del
aparato, y dice que miento.
Y por último: a la pregunta si me considero un ”Castelar”
cuando hablo, a pesar de pegarles patadas al diccionario. Le
digo que no me considero ningún “Castelar”. Y una vez más el
polígrafo dice que miento.¿Me estará confundiendo, el
polígrafo, con otro?
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