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OPINIÓN - JUEVES, 18 DE ENERO DE 2007

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

Conceptos de Seguridad Ciudadana

Por Jorge Pérez Blanca


El concepto de la seguridad ciudadana, ha dado lugar a mucha confusión en su real concepción, por las organizaciones tanto publicas como privadas, el individuo y la población en general, definiendo erróneamente la seguridad ciudadana, entendiéndola como si se tratara de una función y obligación estatal de proporcionar con sus fuerzas policiales, seguridad permanente a la ciudadanía, sin embargo esta no es la concepción actual de la seguridad ciudadana. Por esa errada concepción siempre que hay elecciones generales, atunomicas y locales se ha usado a la seguridad ciudadana como bandera de campaña política, con ofertas orientadas en esa obligación estatal de brindar seguridad permanente y estrecha a los ciudadanos; por ejemplo, ofertas de incremento de agentes policiales, municipales, dotación de medios motorizados y equipos a la institución policial, incremento de patrullajes policiales por los barrios como manera de garantizar la seguridad ciudadana, incluso como hemos visto el gobierno ha creado una unidad del ejercito para la prevencion de catastrofes; tambien en las campañas municipales los candidatos han ahondado en el aumento de sus policias locales y autonomicas, con el fin de ofertar mejores prestaciones a los ciudadanos. Unos y otros han caido siempre en el mismo error toda vez que la inseguridad ciudadana en España sigue subiendo progresivamente en relacion al aumento de los paramentros ya definidos sobre los que incide el concepto de Seguridad. Este error ha sido incrementado por la mala información sobre el concepto de seguridad ciudadana proporcionada por los mismos medios de comunicación.

Sin embargo, la seguridad ciudadana se origina en la medida que las nuevas políticas son presentadas como "democráticas" que implican cambios en la relación Estado-Sociedad Civil, impulsando el primero la participación activa de la comunidad. El gobierno de una nacion debe incentivar la coparticipación activa vecinal, empresariado privado, policial y gubernamental en la gestión de estrategias de prevención del delito, asignando funciones obligatorias ineludibles a los gobiernos municipales y autonomicos; se debe organizar a los vecinos, empresariado privado, instituciones cívicas, vecinales, con capacidades de responsabilidades sobre seguridad ciudadana mediante la creación de una especie de Consejos de Prevención del Delito y la Violencia, constituyendo éstos, espacios de "participación ciudadana" obligatoria en su propia seguridad.

En las sociedades contemporáneas la inseguridad ciudadana forma parte cada vez más de la experiencia cotidiana de las personas. En Europa, son víctimas entre un 15% y un 26% de los ciudadanos.

Tanto el modelo mediterráneo como el del este se caracterizan por una incidencia importante del sentimiento de inseguridad, bastante por encima de los niveles reales de delincuencia. En ambos se cree que la Policía es poco eficaz y se confía menos en el sistema de Justicia. Se tienen hábitos de seguridad poco establecidos y el uso de las instituciones de seguridad y los niveles de denuncia son bajos, aunque se demanda más seguridad. A diferencia del mediterráneo, en el del este se tiene una opinión más dura y penalista, y las tasas de delitos son más elevadas. El anglosajón se caracteriza por sus niveles altos de victimización, aunque la percepción de seguridad es relativamente elevada. Se cree que la Policía es eficaz, aunque se confía menos en el sistema de Justicia. Es donde existen más hábitos de seguridad. El nivel de denuncias y el uso de las instituciones de seguridad son más altos que en el modelo mediterráneo y del este, aunque no tan elevados como en el escandinavo. Se demanda seguridad, pero se tiene una opinión dura y penalista. El modelo escandinavo se caracteriza tanto por niveles de victimización como de seguridad altos. Se cree que la Policía es eficaz y se confía más en el sistema de Justicia. Existen hábitos de seguridad establecidos y el nivel de denuncias y el uso de las instituciones de seguridad es elevado. Se demanda seguridad, pero existe una opinión menos dura que entre los anglosajones. Tanto en los países anglosajones como en los escandinavos, existe un cierto trasfondo de insatisfacción con la Policía debido a su nivel de expectativas y de exigencias en cuanto a seguridad.

La población europea demanda más calidad de vida y entiende la seguridad como un aspecto de ella. La sensación de inseguridad es un gran problema en el continente. Ésta crece con la incertidumbre de la vida moderna, acarrea la intolerancia y refuerza a aquellos que piden más represión. La delincuencia, el miedo, la inseguridad, el desempleo, la inmigración, la “desprotección” social o la desigualdad, entre otras cuestiones, no deben ser entendidas como problemas sociales separados, sino como piezas del mismo rompecabezas que es la sociedad compleja actual. Es necesario incluirlas dentro de un marco amplio de políticas sociales que promuevan la cohesión social y la solidaridad, y que, consecuentemente, aporten más seguridad.

Los ciudadanos tienen el derecho de sentirse seguros y protegidos en su vida cotidiana. Desde hace varios años se ha producido un incremento significativo del crimen y la violencia lo cual ha impactado negativamente sobre la democracia y el desarrollo económico en los países del Hemisferio. La gran mayoría de estos países enfrentan severos problemas relacionados con el crimen organizado incluyendo narcotráfico, secuestro, corrupción, delincuencia juvenil, y pandillas. Altos niveles de violencia y crimen generan temor y ansiedad entre la población, amenazan el desarrollo económico al crear áreas poco atractivas para la inversión y reducen la productividad ya que se hace necesario crear servicios de seguridad privada para proteger a los empleados y el transporte de bienes.

La falta de compromiso y/o capacidad de las instituciones gubernamentales para promover y garantizar la seguridad ciudadana puede generar una erosión de la legitimidad de las instituciones, incluyendo el sistema judicial y la policía, entre los ciudadanos afectando de manera significativa la confianza en el gobierno. De esta manera, la baja calidad de seguridad ciudadana afecta a distintos sectores de la población y genera costos sociales, económicos y políticos.

La Seguridad Ciudadana abarca las acciones y medidas para prevenir amenazas públicas, sociales, políticas y económicas generadas a partir del crimen común, crimen trasnacional, violencia e inseguridad. Reformas de los sistemas judiciales y legales, reformas de la policía y del sistema penitenciario, mayor participación de la ciudadanía y programas sociales para reducir la pobreza y la desigualdad son algunas de las iniciativas esenciales para garantizar la seguridad ciudadana y la gobernabilidad democrática.
 

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