El concepto de la seguridad ciudadana, ha dado lugar a mucha
confusión en su real concepción, por las organizaciones
tanto publicas como privadas, el individuo y la población en
general, definiendo erróneamente la seguridad ciudadana,
entendiéndola como si se tratara de una función y obligación
estatal de proporcionar con sus fuerzas policiales,
seguridad permanente a la ciudadanía, sin embargo esta no es
la concepción actual de la seguridad ciudadana. Por esa
errada concepción siempre que hay elecciones generales,
atunomicas y locales se ha usado a la seguridad ciudadana
como bandera de campaña política, con ofertas orientadas en
esa obligación estatal de brindar seguridad permanente y
estrecha a los ciudadanos; por ejemplo, ofertas de
incremento de agentes policiales, municipales, dotación de
medios motorizados y equipos a la institución policial,
incremento de patrullajes policiales por los barrios como
manera de garantizar la seguridad ciudadana, incluso como
hemos visto el gobierno ha creado una unidad del ejercito
para la prevencion de catastrofes; tambien en las campañas
municipales los candidatos han ahondado en el aumento de sus
policias locales y autonomicas, con el fin de ofertar
mejores prestaciones a los ciudadanos. Unos y otros han
caido siempre en el mismo error toda vez que la inseguridad
ciudadana en España sigue subiendo progresivamente en
relacion al aumento de los paramentros ya definidos sobre
los que incide el concepto de Seguridad. Este error ha sido
incrementado por la mala información sobre el concepto de
seguridad ciudadana proporcionada por los mismos medios de
comunicación.
Sin embargo, la seguridad ciudadana se origina en la medida
que las nuevas políticas son presentadas como "democráticas"
que implican cambios en la relación Estado-Sociedad Civil,
impulsando el primero la participación activa de la
comunidad. El gobierno de una nacion debe incentivar la
coparticipación activa vecinal, empresariado privado,
policial y gubernamental en la gestión de estrategias de
prevención del delito, asignando funciones obligatorias
ineludibles a los gobiernos municipales y autonomicos; se
debe organizar a los vecinos, empresariado privado,
instituciones cívicas, vecinales, con capacidades de
responsabilidades sobre seguridad ciudadana mediante la
creación de una especie de Consejos de Prevención del Delito
y la Violencia, constituyendo éstos, espacios de
"participación ciudadana" obligatoria en su propia
seguridad.
En las sociedades contemporáneas la inseguridad ciudadana
forma parte cada vez más de la experiencia cotidiana de las
personas. En Europa, son víctimas entre un 15% y un 26% de
los ciudadanos.
Tanto el modelo mediterráneo como el del este se
caracterizan por una incidencia importante del sentimiento
de inseguridad, bastante por encima de los niveles reales de
delincuencia. En ambos se cree que la Policía es poco eficaz
y se confía menos en el sistema de Justicia. Se tienen
hábitos de seguridad poco establecidos y el uso de las
instituciones de seguridad y los niveles de denuncia son
bajos, aunque se demanda más seguridad. A diferencia del
mediterráneo, en el del este se tiene una opinión más dura y
penalista, y las tasas de delitos son más elevadas. El
anglosajón se caracteriza por sus niveles altos de
victimización, aunque la percepción de seguridad es
relativamente elevada. Se cree que la Policía es eficaz,
aunque se confía menos en el sistema de Justicia. Es donde
existen más hábitos de seguridad. El nivel de denuncias y el
uso de las instituciones de seguridad son más altos que en
el modelo mediterráneo y del este, aunque no tan elevados
como en el escandinavo. Se demanda seguridad, pero se tiene
una opinión dura y penalista. El modelo escandinavo se
caracteriza tanto por niveles de victimización como de
seguridad altos. Se cree que la Policía es eficaz y se
confía más en el sistema de Justicia. Existen hábitos de
seguridad establecidos y el nivel de denuncias y el uso de
las instituciones de seguridad es elevado. Se demanda
seguridad, pero existe una opinión menos dura que entre los
anglosajones. Tanto en los países anglosajones como en los
escandinavos, existe un cierto trasfondo de insatisfacción
con la Policía debido a su nivel de expectativas y de
exigencias en cuanto a seguridad.
La población europea demanda más calidad de vida y entiende
la seguridad como un aspecto de ella. La sensación de
inseguridad es un gran problema en el continente. Ésta crece
con la incertidumbre de la vida moderna, acarrea la
intolerancia y refuerza a aquellos que piden más represión.
La delincuencia, el miedo, la inseguridad, el desempleo, la
inmigración, la “desprotección” social o la desigualdad,
entre otras cuestiones, no deben ser entendidas como
problemas sociales separados, sino como piezas del mismo
rompecabezas que es la sociedad compleja actual. Es
necesario incluirlas dentro de un marco amplio de políticas
sociales que promuevan la cohesión social y la solidaridad,
y que, consecuentemente, aporten más seguridad.
Los ciudadanos tienen el derecho de sentirse seguros y
protegidos en su vida cotidiana. Desde hace varios años se
ha producido un incremento significativo del crimen y la
violencia lo cual ha impactado negativamente sobre la
democracia y el desarrollo económico en los países del
Hemisferio. La gran mayoría de estos países enfrentan
severos problemas relacionados con el crimen organizado
incluyendo narcotráfico, secuestro, corrupción, delincuencia
juvenil, y pandillas. Altos niveles de violencia y crimen
generan temor y ansiedad entre la población, amenazan el
desarrollo económico al crear áreas poco atractivas para la
inversión y reducen la productividad ya que se hace
necesario crear servicios de seguridad privada para proteger
a los empleados y el transporte de bienes.
La falta de compromiso y/o capacidad de las instituciones
gubernamentales para promover y garantizar la seguridad
ciudadana puede generar una erosión de la legitimidad de las
instituciones, incluyendo el sistema judicial y la policía,
entre los ciudadanos afectando de manera significativa la
confianza en el gobierno. De esta manera, la baja calidad de
seguridad ciudadana afecta a distintos sectores de la
población y genera costos sociales, económicos y políticos.
La Seguridad Ciudadana abarca las acciones y medidas para
prevenir amenazas públicas, sociales, políticas y económicas
generadas a partir del crimen común, crimen trasnacional,
violencia e inseguridad. Reformas de los sistemas judiciales
y legales, reformas de la policía y del sistema
penitenciario, mayor participación de la ciudadanía y
programas sociales para reducir la pobreza y la desigualdad
son algunas de las iniciativas esenciales para garantizar la
seguridad ciudadana y la gobernabilidad democrática.
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