Ramón Calderón fue invitado a un
centro académico para someterse a las preguntas de los
alumnos y le dio a la mui como si estuviera hablando con los
suyos en la sala de estar de su casa. Les contó
interioridades del club con una tranquilidad pasmosa. Con la
misma confianza que se lo habrá hecho saber, más de una vez,
a su familia. Sobre todo tras los partidos contra el Getafe,
Huelva y Coruña. Yo me lo imagino contándole a su mujer,
siempre sufriente en el palco, a los postres de una comida
amarga y padeciendo las críticas desde todos todos los
rincones periodísticos:
-Mira, niña, lo de Guti es insufrible; ha cumplido 31
años y todavía la prensa de Madrid lo considera una promesa.
-Ramón, llevas toda la razón del mundo: ese muchacho es un
listo... Un capricho de unos periodistas cursis y que habrá
que ver cómo son tratados por el agente del jugador. Pero...
-¿A que viene ese pero, mujer?
-Que todavía no entiendo los motivos que tuviste, en cuanto
ganaste las elecciones, para airear a los cuatro vientos que
Guti era tu ojito derecho. Con lo cual le pusiste a huevo
que el niñato pidiera aumento de salario y renovación para
varios años. Una ruina para el club.
-Nunca te había oído expresiones malsonantes.
-Pues a partir de ahora, si no quieres enterarte de lo que
vale un peine, procura por todos los medios no hacer más el
gilipollas. Ya que también te has equivocado con Casillas.
-¿En qué sentido?
-Vaya, hombre, qué pronto se te ha olvidado el consejo que
te di cuando la Feria de San Isidro. Ramón, deja lucirte en
las Ventas con Iker. Que si bien es bueno para obtener el
voto de los socios, es malo en cuanto te toque a ti cortarle
la cabeza. Algo que estuvo tentado de hacer Florentino,
aunque no tuvo huevos para dar ese paso.
-Decididamente, niña, estás sacando a relucir un lenguaje de
vecindonga.
-Lo que estoy es harta de verte sufrir y que no seas capaz
de tomar decisiones. ¿Cómo es posible que sigas sin
denunciar el contrato que Florentino le hizo a ese portero
de pacotilla que anda luciendo palmito con su abuela por las
televisiones? La jugada de Pérez, como bien me dijiste en su
día, fue para joder a su sucesor. Auque nunca pensó que
fueras tú.
-Llevas razón, en lo de Casillas llevas razón. Pues ya te
dije que había informes de Arrigo Sacchi
desfavorables para la continuidad del guardameta. E incluso
te puse al tanto de cómo despotricaba Florentino contra
Casillas, en privado.
-Pues bien, más a mi favor, a qué vienes ahora a quejarte
del portero cuando lo primero que le dijiste a Capello
es que podía hacer en el equipo lo que quisiera, pero a
cambio de que no se le ocurriese prescindir del icono del
Madrid. Vamos, que te acojonaste en cuanto el italiano te
anunció que quería a Buffon. En vista de que Casillas
era un bluff.
-La verdad, querida, es que desde la barrera se ven muy bien
los toros. De haber yo accedido a esa pretensión de Capello,
no te quepa la menor duda de que me habrían corrido a
gorrazos por todo el paseo de la Castellana.
-De acuerdo. Pero tú bien sabías que, de ser presidente, te
tocaría lidiar con una plantilla viciada y en la cual hasta
el más tonto de sus componentes se cree que es una figura de
tronío. Y muchas veces te lo recordé para que no dieras ese
paso.
-Bien, pero yo confiaba en que Capello sería capaz de
implantar una disciplina férrea.
-Ni un dictador a la antigua usanza, podría no resentirse
ante los ataques de la prensa.
Calderón largó lo que piensa ante unos universitarios. Pero
pronto ha rectificado. Por acoquinarse ante la prensa
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