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deportes - JUEVES, 18 DE ENERO DE 2007


Alex Santana y Felix Quero. reduan.

FÚTBOL / ANÁLISIS
 

Dos piezas más para
el puzzle del Ceuta

Fichar no es suficiente, hay que
hacer de once jugadores un equipo
capaz de rendir al máximo
 

CEUTA
Angel Muñoz
deportes
@elpueblodeceuta.com

En primer lugar, decir que me siento autorizado a escribir de fútbol, no porque me crea más que nadie, sino, precisamente, porque creo que soy uno de tantos, y supongo que será interesante repasar valores y conceptos, compartir recuerdos y descubrir detalles de una experiencia. Incluso, si hay suerte, quizás estas cosas ayudan a pensar a alguien. Que nadie espere, por lo tanto, consejos ni recetas que no tengo. Sólo cuento lo que viví y aprendí. Les confieso que me costó mucho trabajo hacerlo.

Para mí no es fácil escribir. Así que trataré de eludir cualquier pretensión literaria y hacerlo lo más sencillo posible , aunque, eso si, con toda la subjetividad que me de la gana.

Leo unas declaraciones de Carlos Orúe en las que afirma que “un equipo de fútbol es un puzzle y tenemos que encajar cada pieza; si éstas no están sincronizadas el puzzle nunca lo terminas....”.

Es cierto. Alguien definió el fútbol como un “juego estúpido para personas inteligentes”, y Orúe lo es. Sabe que no es suficiente con fichar, que es necesario hacer de once jugadores (piezas) un equipo capaz de rendir al máximo de sus posibilidades. Esa es la principal función de un entrenador.

Lo que ocurre, es que para eso, lo esencial y más difícil, según mi criterio, es elegir a los jugadores. Si el entrenador elige bien tiene gran parte del trabajo hecho. Una vez confeccionada una plantilla de 20 ó 22 jugadores, hay que saber cuanto antes quiénes son los mejores en cada puesto.

Si uno acierta hará el mejor equipo posible. Si se equivoca será el culpable del tiempo que dure la búsqueda, y no poder encontrarlo su mayor fracaso.

Luego, además de elegir a los mejores, hay que saber definir a cada uno de ellos. Es decir, saber qué virtudes y qué defectos tienen para no esperar cosas que no podrán hacer jamás, y para aprovechar al máximo las características de cada uno.

Por ejemplo, Alex Santana necesita la pelota al pie, mientras que a Felix Quero hay que buscarlo en largo.

En este sentido, el jugador canario puede aportar al equipo unos de los conceptos más importantes en el fútbol: la pausa.

Una vez leí un artículo del actor Fernando Fernán Gómez, en el que decía que “el actor debe saber utilizar la pausa”, para continuar afirmando que “dejarse arrastrar por el torbellino de las palabras aprendidas es más fácil que abrir una pausa por breve que sea”

En el fútbol, la pausa se podría definir como la disminución de la velocidad de la jugada, esperando el momento propicio para resolver. En este juego, es tan importante pisar el freno como el acelerador. Jugar siempre a la misma velocidad le quita sorpresa al juego, y a toda velocidad, además, precisión.

Tanto colectiva como individualmente, cuando se hace la pausa se está buscando la jugada que sorprenda, por tanto se puede decir que la pausa termina cuando la jugada se presenta. Ese será el momento de volver a acelerar.

Laudrup era uno de esos jugadores que manejaban la pausa con maestría. Llevaba la pelota mirando a la izquierda, frenaba un poco la carrera y cuando todo el mundo esperaba el pase a la izquierda, la tocaba a la derecha para un compañero que entraba a toda velocidad.

En el Ceuta, el mejor jugador que he visto realizando la pausa ha sido Krios. Recibía la pelota y daba la impresión de detener el juego. De pronto un pasecito corto y un compañero suyo recibía totalmente sólo.

Precisamente, uno de los graves problemas del Ceuta es que, hasta el momento, ni Víctor Vía ni Diego Ramírez han aportado al equipo esa pausa, ni individual ni colectiva, y han terminado siempre “arrastrados por el torbellino de palabras....”, como dice Fernando Fernán Gómez.

Para finalizar, y volviendo al inicio, quiero hacer una advertencia: defiendo mis ideas como si estuviera en posesión de la verdad. No le den importancia, es una manera de hablar. En el fondo sólo tengo dudas.
 

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