Pese a que las cifras del tráfico de personas ha disminuído
en la zona del Estrecho, el descenso no es noticia por lo
significativo del número, que es sensiblemente menor que el
del año anterior, sino porque pone de relieve el cambio que
están tomando las vías de entrada a España del tráfico
ilegal de personas.
Según los datos del informe Derechos humanos en la frontera
Sur, de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, que
se presentará en el Foro Social de Nairobi, el año pasado
murieron o desaparecieron hasta 1.167 personas intentando
llegar a España de manera clandestina, prácticamente el
triple que en 2005. Además, 47.102 fueron detenidos y hasta
octubre de 2006 se tiene constancia de haberse repatriado a
10.653 personas.
Los datos, como expresó el presidente de la Asociación
Rafael Lara, son preocupantes por superar con creces las
cifras de 2004 y 2005, cuando el número de inmigrantes
detenidos osciló entre los 15.675 y los 11.781
respectivamente.
Por otra parte, el informe incluye también las detenciones
llevadas a cabo el año pasado en las aguas jurisdiccionales
africanas por el Frontex (cerca de 3.900), y las marinas de
Marruecos, Senegal y Cabo Verde, así como las realizadas con
anterioridad a que el cayuco o la patera se hicieran a la
mar ( unas 3.100). En total suman unos 7.000 inmigrantes
interceptados en el continente africano que habría que
añadir a los detenidos en España y los desaparecidos
intentando llegar. En total, se sobrepasan ampliamente las
50.000 personas.
Lara atribuyó este “importante” incremento de aquellos que
emprenden la odisea de llegar a Europa y mueren o son
detenidos a el cierre “a cal y canto” el año pasado de las
fronteras de Ceuta y Melilla y a los jóvenes de aquellos
países que han “interiorizado la necesidad de fugarse de sus
países de origen porque no ven futuro y que lo tienen “muy
fácil” para emigrar dada la importante tradición pesquera y
marinera mauritana y senegalesa, ya que cuentan con muchas
“personas experimentadas en la navegación que pueden llegar
muy lejos” y con barcos abandonados y sin ningún tipo de uso
“después de que la Unión Europea haya saqueado los caladeros
donde iban a pescar”. Además, Lara indicó que la inmigración
“se ha socializado con la ayuda de las nuevas tecnologías
como móviles o GPS que hacen los viajes más baratos”.
El presidente de la APDHA afirmó también que han consultado
diversas fuentes tanto en el Sahara como en Mauritania y
Senegal, que afirman que de cada tres cayucos, “al menos uno
no logra el objetivo de llegar a Canarias, lo que
confirmaría efectivamente alrededor de 6.000 ó 7.000
fallecidos o desaparecidos”.
Por otra parte, afirmó que el Gobierno español actuó el
pasado año con un “despliegue sin precedentes, con muchas
operaciones en marcha y con algo novedoso: el despliegue de
fuerzas europeas en las costas africanas desde donde parten
los inmigrantes”, un hecho éste que resulta “muy
preocupante”, según su opinión, puesto que hace crecer el
“odio hacia Occidente”. El informe señala también que la
cooperación con África es “insuficiente” y depende de que
los propios gobiernos pongan en marcha políticas de control
que sean más efectivas. Lara afirmó que la inmigración
procedente del continente africano sólo supone el 4% del
total de la inmigración en España, “47.000 personas frente
al millón de indocumentados”.
Por último, el informe apunta que el Gobierno español ha
planteado un dispositivo “represivo” para atajar la
inmigración africana, cuyas consecuencias directas han sido
“triplicar las víctimas de la inmigración clandestina en dos
años”.
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Aumentan las puertas del ‘paraíso’
Llegar al paraíso tiene varios
caminos, pero el más rápido y eficaz es morirse. La
archinombrada (y no suficientemente combatida) Globalización
neoliberal, está provocando una terrible tendencia en el
cambio de las rutas para llegar a Europa, que siguen
causando miles de muertes por mor de la peligrosidad de los
caminos y de las mafias, que no se sabe cual tiene más
peligro de los dos. Las vías se dirigen más y más al sur,
incrementando las millas que hay que navegar a bordo de
cajas de cartón y el número de puertas en el paríso. Antes
era el Estrecho, hoy se le suman Canarias, Pirineos o
ahogarse en el Atlántico.
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