En las últimas semanas, durante los últimos meses, a lo
largo de los últimos años la sanidad en Ceuta ha sido, sin
duda, una de las asignaturas permanentemente suspendidas por
todas y cada una de las administraciones que han depositados
sus reales en la poltrona de Moncloa. Si bien ahora, los
problemas derivados de una prestación asistencial masificada
en el hospital como el stress laboral; falta de medios
materiales y humanos; condiciones difíciles de trabajo y
remuneraciones poco acordes con el tipo de labor que ha de
realizarse, provocan que el usuario padezca en sus carnes la
falta de compromiso de la administración, en los centros de
Atención Primaria la situación no le va a la zaga.
Las reclamaciones de usuarios que solicitan los sindicatos
del sector de la sanidad en Ceuta comienzan a aumentar en
número. El hecho de la construcción de un nuevo hospital
cuya ubicación sigue siendo discutible por los ciudadanos,
no debe implicar desatención a la única instalación
hospitalaria existente en una ciudad de 76.000 habitantes
que debe prestar atención (acogiéndose a la Ley de
Extranjería y a los mandatos del Gobierno central) a los
naturales de Tetuán. Consecuencia de lo cual, médicos,
enfermeros y personal laboral no sanitario deben soportar,
con los mínimos medios humanos y materiales que se le
otorgan a Ceuta, (76.000 hab.) las atenciones a una
población que se sitúa entorno a las 200.000 personas.
Es decir, a sabiendas de que se ha convertido en práctica
habitual para un marroquí cruzar la frontera para “ir al
médico gratis” en Ceuta, el Estado no aporta económicamente
lo que debiera para que las atenciones al
usuario-contribuyente español, máximo receptor de los
derechos inherentes que les son propios ante un servicio
público de primera necesidad como lo es la sanidad.
Sigue pues sin aprobar el Estado la asignatura sanitaria en
Ceuta, de lo cual se benefician las compañías privadas que
ofrecen servicios personalizados y atenciones exclusivas.
Que se lo pregunten si no a los funcionarios municipales con
tarjeta de seguro médico privado, o a los miles de ceutíes
que han optado por este sector ante el desastre histórico
impenitente que supone la sanidad pública en Ceuta.
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