En el último partido de Liga, el Goyu-Ryu consiguió en diez
mágicos minutos sorprender a su rival, el cuadro sevillano
del Nervión, y marcó tres tantos.
A partir del minuto 56, el equipo de Torres levantó el pié
del acelerador y se dedicó a tocar y a jugar la pelota. La
razón, que a su entrenador, Damián Torres, no le gusta
humillar al rival y considera que un tres a cero ya es
suficiente para certificar una victoria. Este pensamiento
del técnico ceutí se contradice con el entrenador del
Sevilla, dado que hace dos jornadas los de la capital
hispalense marcaron a los gimnastas seis tantos, y Torres se
mostraba algo disgustado por esta actitud, pero entiende que
cada uno es cada cual, y hace lo que mejor le conviene.
En cuanto al técnico del Nervión Joaquín Tejada aseguraba
que el resultado era el justo dado el buen juego que
desplegó el Goyu-Ryu.
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