El título lo dice claramente. Pues eso, que el ministro de
Trabajo, señor Caldera, trabaje. Que vuelva de la inopia,
despierte de una vez y sea valiente.
Señor Caldera, ¿cómo se siente cuando cada mes aparecen los
índices de desempleo?
Aquí, en Ceuta, el problema es acuciante. Nuestros jóvenes
no tienen futuro. Las mujeres ceutíes están por encima del
nivel de desempleo de toda España. Los parados de larga
duración están desesperados porque la ayuda familiar se
acaba y no hay nada a la vista.
¿Qué tiene pensado para plantear soluciones?
Haga un favor, señor ministro. Ya que el presidente del
Gobierno le ha encargado hacerse cargo de esa cartera, sea
inteligente, programe, elabore, diseñe, consulte, llame a su
delegado del Gobierno y pregúntele qué pasa en Ceuta.
Pregúntele por qué su Ministerio no tiene programas para
esta ciudad, exíjale soluciones.
No deje pasar el tiempo en balde y demuestre que de verdad
es un socialista.
La palabrería no vale cuando una familia tiene dificultades
para pagar los recibos de alquiler de la casa, la luz, el
agua... porque no hay trabajo.
Los planteamientos de los sectores económicos de Ceuta para
intentar reflotar el comercio se los tiene que tener más que
aprendidos. Han sido numerosas las veces que los
responsables del motor económico ceutí han elevado sus voces
y pedido soluciones.
Y lo han hecho con responsabilidad, con lealtad, sin pedir
peras al olmo, sino planteando vías y caminos por los que
puede existir una salida a tanta falta de trabajo en Ceuta.
No se puede hacer oídos sordos a la llamada de atención de
los sectores económicos y sindicales de una ciudad que tiene
las tasas de desempleo más altas de toda la nación. No se
puede rechazar de plano cualquier idea que se plantee,
simplemente por el hecho de que no se les ha ocurrido a
ustedes.
Señor Caldera, trabaje. Venga a Ceuta, por favor. Pero no lo
haga en campaña electoral prometiendo que va a convertir
esta ciudad en la isla de Jauja.
Si llega a esta ciudad, verá y comprobará que es pequeña,
que no existen recursos naturales, que su población es
densa, que los sectores primario y secundario son
prácticamente inexistentes. No hay industria suficiente y
casi toda la actividad se centra en el sector de servicios y
administración pública. Verá que los trabajadores autónomos
las pasan canutas para pagar los impuestos y tener algún
beneficio para sobrevivir al mes. Verá que los empresarios
apuestan por Ceuta, que los sindicatos apoyan medidas que
redunden en la creación de empleo.
Pero también verá que desde su administración, desde su
Ministerio, desde su competencia, no se hace lo suficiente
para reducir el paro de los ceutíes.
Si en Madrid se encontrara usted con dos de cada diez
ciudadanos en paro, seguro que actuaría.
Haga lo mismo en Ceuta. Déjese de pamplinas y aplíquese a su
tarea de defender los puestos de trabajo.
Todos tenemos derecho a trabajar. También tenemos derecho a
exigir que se den las suficientes condiciones para poder
hacerlo.
Aunque el terrorismo pueda ser la primera preocupación de
los españoles, según las encuestas, pregúntenle a un
desempleado qué es lo que más le angustia. Salir de ese
infierno que significa no tener empleo ni sueldo a final de
mes, de no sentirse útil, de tener que depender de los demás
para poder subsistir.
Y le pido encarecidamente una cosa. Por favor, no se le
ocurra nunca, nunca, nunca, quitar alguna de las pocas
medidas que existen en Ceuta para beneficiar el empleo.
¡Qué casualidad! Fíjese que son medidas que aprobó el
gobierno del Partido Popular. Subvenciones a las cuotas de
la Seguridad Social para sectores en crisis y otras medidas
que están asegurando el trabajo de miles de personas.
¿Tienen ustedes algo parecido? Si la respuesta afirmativa,
¿qué hacen que no las ponen en práctica con toda urgencia?
Sí, ya sé que eso cuesta dinero al Estado. También sé que
desde que llegó José Luis Rodríguez Zapatero a la Moncloa se
ha reducido el dinero que llega a Ceuta.
Y, por último, ¿qué pasa con la solicitud de cogestión de
políticas activas de empleo que pide la Ciudad Autónoma?
De momento, está rechazada. ¿No será porque la pide un
gobierno autonómico del Partido Popular?
Por su bien, espero que no sea así.
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