Me llama un ceutí hecho una fiera,
me llama desde un número privado, en plan energúmeno para
lanzarme una serie de fulminaciones y acusándome de ser una
anoréxica camuflada y demasiado preocupada por buscar
antidepresivos de nueva generación, tanto, que no aprovecho
mis rácanas líneas para ocuparme de problemas acuciantes de
la ciudadanía de Ceuta. Trato de carraspear ante los ataques
a mis problemas alimentarios “Ejem… disculpe ¿A que
contencioso quiere que dirija los beneficios de mi humilde
opinión?” El tipo enloquece y aúlla “¡A la puta Sanidad!” y
cuelga sin despedirse tras premiarme con un “¡Anoréxica
mamona!”.Les digo que, ese lector embravecido ha faltado a
la caridad calificándome de forma tan poco compasiva, pero,
para que no se encabrite más y me llame “demente sin causa”
o “pastillera de ansiolíticos” lo que me frustraría mucho,
ya que sufro de labilidad emocional, recojo el guante y
asumo el reto de opinar partiendo de observaciones,
comentarios y charlas, con mis allegados ceutíes, que los
tengo y muchos y que presentan la rara peculiaridad de
opinar cada uno algo completamente distinto al otro, es
decir, que no aúno criterios, sino que sumo discrepancias.
Lo que si parece evidente es que faltan médicos y
enfermeras, pero los que hay son excelentes. Igualito que en
esta piel de toro cuyos testículos están representados por
Ceuta y Melilla o eso se me representa en el alma, porque
ceutíes y melillenses son muy bravos y muy numantinos. ¿Qué
cual es la solución aquí ante la fuga de cerebritos con bata
blanca hacia países de la UE donde ganan más y cuentan con
mejores infraestructuras? Pues están llegando licenciados
polacos y polacas, con títulos convalidados, castellano con
acento de Valladolid y tan repulidos y guapetones que da
gloria verles. Eso sí, si a nuestros médicos y enfermeras se
les pagara lo que valen y lo que merecen, por ejemplo
sueldos de altos cargos políticos que no tienen ni un asomo
de la utilidad de la que presumen galenos y ATS, entonces
nuestros pitagorines y pitagorinas se quedarían aquí y no
tendríamos que importar.
¿Qué dicen? ¿Qué el 40% de los pacientes que se atienden en
Ceuta a costa de los contribuyentes son extranjeros? Bueno,
eso en el futuro no debe representar un problema porque, me
consta, que en cualquier programa electoral sensato y con
garra para la ciudadanía, se propondrá la solución justa y
legal de no desbaratar el dinero español atendiendo a
súbditos de otros países sin la lógica contraprestación
económica facturada al Ministerio de Sanidad de su país de
origen. Ni Ceuta ni España son una ONG, sino sistemas
financiados con el dinero y las aportaciones de unos
ciudadanos a quienes cuesta mucho levantar una paga o un
jornal y muchísimo pagar una Seguridad Social, recibiendo a
cambio de sus esfuerzos económicos una prestación sanitaria.
Atender gratis total a personas que nada aportan supone una
conculcación del Principio de Igualdad que consagra el art.14
de nuestra Constitución es decir, ante el mismo supuesto
idéntico tratamiento jurídico. A no ser que, el Gobierno de
la Nación discrimine a los ceutíes, que sí pagan, con
respecto a los marroquíes, que no pagan, ordenando que ambos
colectivos, pese a las diferencias, reciban idéntico
tratamiento. Eso sería discriminatorio y anticonstitucional.
Eso sí, si se quiere hacer caridades de buen tono la
solución jurídicamente adecuada es que, para evitar
desigualdades en el tratamiento de los enfermos, en Ceuta y
en Melilla se tenga derecho a la Sanidad con exención
absoluta para todos del pago a la Seguridad Social.
Que nadie cotice y todos reciban atención. ¿Qué es más
lógico y más constitucional facturar a las Autoridades
Marroquíes? Bueno, eso lo tratarán los políticos en sus
programas electorales, porque es un tema con gancho. Y
supongo que esta breve disertación, habrá calmado a mi
energúmeno particular.
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