Se supone que, los analistas
políticos, son contratados para definir y argüir estrategias
y para realizar la doble tarea de síntesis y análisis de la
realidad actual. Por cierto ¿Conoce alguno de entre ustedes
a un analista ¿Servidora, desde luego, jamás en su larga
vida ha topado con ninguno. He conocido sí, a “listillos” y
a “enteraíllos” contratados por los próceres, padres, o
padrastros de la Patria, que se han arrejuntado al cargo de
turno para dorarle los tímpanos, agitar con furor el
botafumeiro hasta correr el riesgo de intoxicar y atufar al
mandamás y plantear o malparir alguna idea o iniciativa para
que, el cargo en cuestión, de muestras de su estulticia,
presentándola como propia.
Eso sí, algunos de entre la malpagada “Pandilla Plumilla”
léanse periodistas, articulistas o redactores, hacen las
veces de analistas políticos en plan genérico y sin que, sus
cuentas corrientes, siempre bermellón oscuro, acierten ni a
coscarse de la versátil imaginación de sus dueños. Pero las
ideas no pertenecen por Decreto Ley a un status de
individuos determinado, alumbran a cualquiera y de forma
arbitraria, en plan sincronicidad o por esa llamada
“casualidad” que es el pseudónimo de Dios cuando no quiere
firmar.Repito, nunca he conocido a un analista o a un
palmero-consejero titulados, ni por la Universidad Francisco
de Vitoria, que es lo Más de España, ni por la Universidad
del Cadadía, he topado con varios licenciados por la
Facultad de Aquíelquenocorrevuela y, de hecho, me han
soplado, que para ser palmero oficial u oficioso hay que
haber realizado prácticas no remuneradas en la Boda de
Farruquito que es donde más se palmeó en el último lustro en
España ¡Ele el gitanerío!. Pero coincidiremos en que, hay
afortunados que perciben un jornal por pensar para otros. Y
a ninguno de esos sénecas se le ha ocurrido que, en la
sociedad de la información, lo que no “sale” no existe. Es
decir, que lo que no ocupa minutos en informativos, ni
aparece en negro sobre blanco y letra redondilla es,
sencillamente, la nada más absoluta. Aquí, o se es noticia y
se refleja en los medios esa cualidad o se es incorpóreo,
como el espíritu evanescente de Porrina de Badajoz. De hecho
¿Por qué existen el Otegui y los mierdas batasunos? Porque
ocupan tiempo en los telediarios y sus canallescas
estupideces aparecen en prensa. Pero ¿Y si convocaran esas
ruedas de prensa a las que deben su existencia material y no
apareciera nadie? Me remito a la estrategia de mi admirado
Murdoch, el magnate de los medios, que ha cerrado las
puertas en las narices a fotos y reportajes de la joven y
encantadora Kate, ennoviada con el príncipe Guillermo de
Inglaterra, para evitarle la presión mediática. ¿Y si en
España, que no Expaña, los medios de comunicación decentes
decidieran hacerle un vacío informativo total a todos los
proterroristas y nacionalistas acérrimos?
Aparecerían, eso sí, en algún medio residual como el Gara,
pero sin repercusión de tipo alguno. Silencio total y si
quieren difundir eslóganes o actuar de mamporreros del
terrorismo, que manden telegramas o burofaxes o utilicen el
tam tam. ¿Ustedes se figuran el trauma existencial para el
brazo político de ETA que vive parasitando a los medios a
fuerza de publicidad gratuita? Claro, para hacer el vacío,
que no practicar la censura, sino impedir que los cabrones
utilicen nuestras libertades para ir en contra nuestra y de
gratis, tendría que existir el celebérrimo “consenso” es
decir, la decencia de ponerse todos de acuerdo por el bien
de España. Y no hay que ser analista para aconsejarlo, es
pura gramática parda que poseemos ustedes y yo y todo el que
se precie de ser español.
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