Los usuarios del centro de salud Otero sufrieron ayer un
significativo retraso en la gestión administrativa de la
institución por una avería informática que se prolonga ya
más de un mes. En las puertas de las consultas y la paredes
del edificio existe una circular que informa de que los
problemas en el sistema se resolverían a partir del 7 de
enero. Hoy es día 11 y todo sigue igual. No obstante, el
hecho más grave es que el propio personal del centro
desconoce cuándo se arreglará la situación. Es una cadena
que no termina. La unidad administrativa no puede acceder al
programa para cursar citas previas ni atender
telefónicamente porque la centralita tampoco funciona, ésto
hace que los enfermos tengan que trasladarse al centro para
pedir un número sin opción a que la organización cierre las
consultas con antelación. A media mañana pueden acumularse
50 personas que esperan, en mayoría simplemente por un
número para una atención médica general. El nerviosismo se
apodera de los usuarios, que no entienden la descoordinación
que ven frente a sus ojos, cuando el personal tarda 30
minutos de medio en repartir algo más de 20 números.
Muchos enfermos buscan analíticas que se hicieron hace un
mes en el hospital sin poder acceder a ellas porque los
ordenadores no funcionan y no saben cuándo lo harán. “Pásase
usted el viernes, haber si hay suerte”, señalan desde la
unidad administrativa. La comunicación entre la planta baja
-mostrador de administración- y la alta -las consultas- no
existe porque no se utilizan las líneas telefónicas. El
grado de satisfacción de los usuarios está muy por debajo de
las expectativas del director médico de Atención Primaria,
Francisco De la Torre, quien indicó recientemente que
“dentro de lo que cabe la situación está bastante bien”.
“Normalmente a las doce del mediodía las consultas médicas
superan el paciente número cuarenta, ayer a esa hora no
llegaban al veinte”, comentaban en los pasillos enfermos con
dolencias que hacen que acudan con asiduidad al centro
Otero. A pesar de la espera y del descontento general, la
administración se apoya en un dato objetivo certero. Escasas
fueron las reclamaciones que se registraron ayer en el libro
que posee el centro a la disposición de cualquier usuario.
Esto demuestra demuestra una vez más que las quejas se las
lleva el viento.
|