Algunos de los representantes autonómicos que asistieron a
la reunión de ayer en la sede del Partido Popular en la
calle Génova, ya habían mostrado su desencanto con las
maneras de organizar la conferencia. Y es que durante la
semana pasada no han sido pocos los dirigentes del Partido
Popular que han mostrado su disconformidad con la forma en
la que el ejecutivo de Zapatero ha convocado esta tercera
edición de la conferencia de presidentes autonómicos. No en
vano, durante la pasada semana se pudo leer en la prensa
nacional declaraciones como las del presidente de la
Comunidad Autónoma de la Rioja, el popular Pedro Sanz, quien
se mostró crítico con la reunión que se realizará hoy en el
Senado, reprochando que el mencionado encuentro haya sido
convocado “quince días antes, por fax y sin ningún tipo de
documentación ni propuesta de discusión”. Además, el
mandatario riojano señaló la falta de eficacia de las dos
reuniones anteriores, unas “malas experiencias que le hacen
estar alerta”. A su juicio, el presidente del Gobierno
socialista no les puede convocar por fax con un orden del
día que sólo indica “desayuno con el Rey y conferencia con
los temas inmigrantes, I+D+I y agua y nada más”, sin aportar
documentación alguna.
Bases para el encuentro
“Debiera haber un mínimo de reglamento”, apuntó Sanz,
asegurando que el acto debería ser parecido en su
organización “a la reunión de presidentes de Estado de la
UE” con reuniones sectoriales previas y borradores de
posibles acuerdos para discutir. Además, mostró sus dudas
sobre la efectividad de los asuntos que se van a discutir en
esta ocasión, preguntándose “cómo vamos a arreglar, de
buenas a primeras, la inmigración en las horas que podamos
estar allí”.
Otros de los asistentes a la reunión en la sede del Partido
Popular que tuvo lugar ayer en Génova, los presidentes
valenciano y Balear, Camps y Matas, tampoco se mordieron la
lengua en los días previos al evento, coincidiendo en
señalar que se había vaciado de contenido una reunión de
tanta trascendencia. En concreto, el ejecutivo valenciano, a
través de su consejero de Relaciones Institucionales y
Comunicación, Vicente Rambla, denunció que el Gobierno
central ha rechazado la celebración de conferencias
sectoriales preparatorias a la Conferencia de Presidentes, y
consideró esta negativa una «evidencia» de que el Ejecutivo
central «no tiene voluntad de que sea una reunión con
soluciones para la sociedad española». Una afirmación a la
que la vicepresidenta primera del gobierno, María Teresa
Fernández de La Vega, respondió con el siguiente
razonamiento: “la mejor forma de dar relevancia y utilidad a
esta conferencia es que sea precisamente el máximo órgano
político, en el que están integrados el presidente del
Gobierno y los presidentes de las comunidades y ciudades
autónomas, el que fije las líneas políticas”.
Por último, el presidente Balear, Jaume Matas, que coincidió
en la mesa de reunión al lado del mandatario de la ciudad
autónoma, Juan Vivas, también dió un tirón de orejas a la
manera de hacer del ejecutivo socialista, afirmando que
“quedan limitadas, sino cercenadas las posibilidades reales
de un diálogo efectivo en la búsqueda de soluciones
conjuntas a los asuntos que pretenden debatirse en la
cumbre”.
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