En la memoria de todos queda el recuerdo, triste y
lamentable, del anterior jefe de la Delegación del Gobierno
en Ceuta. Me refiero al señor Palomares, de quien
–afortunadamente- he olvidado el nombre de pila.
Su llegada a Ceuta vino seguida de una serie de
despropósitos hacia los periodistas y hacia algunos
colectivos de esta ciudad que o no estaban de acuerdo con lo
que él decía, o no estaban conformes con lo que él hacía.
Al fin y al cabo, venía a decir que nadie le enmendaba la
plana y que nadie le decía al Gobierno de la nación qué es
bueno o qué es malo para Ceuta.
Su “talante” entraba en conflicto con la puesta en práctica
de la democracia. Casi se podría comparar con Marlon Brando
interpretando a Don Vito, personaje de la película El
Padrino, cuando decía “Voy a hacerte una oferta que no
podrás rechazar”.
Viene a cuento esta introducción porque si tuvimos la
fortuna de librarnos de ese triste personaje, la verdad es
que el “talante” de la Delegación del Gobierno sigue la
misma línea.
Se marchó de Ceuta Jerónimo Nieto, quien más o menos también
usó su sillón de la Plaza de los Reyes para intentar hacer
lo que le daba la gana, y de ello existen personas en Ceuta
que pueden asegurar que con el título de ser delegado del
Gobierno quería ser más que nadie.
Llega el relevo. Aparece en Ceuta José Jenaro García
Arreciado Batanero, nombrado por el Consejo de Ministros en
el mes de mayo. Le precede un historial político de Diputado
en el Congreso y presidente de la Autoridad Portuaria en
Huelva. De esto, se puede suponer que debe estar
experimentado en el diálogo.
Pero, en sus primeros días, se enfrenta con empresarios y
sindicatos al negarse a aceptar las peticiones que emanaban
de acuerdos adoptados para reactivar el comercio de Ceuta.
No se detiene en este asunto, sino que los representantes de
la mesa del Comercio al encontrar este obstáculo en el
camino, intentan hacer llegar las conclusiones al
Ministerio, lo que valió para que don Jenaro montara en
cólera al sentirse puenteado.
De nuevo resurge el talante y los mensajes de “yo soy el
representante del Gobierno y esto es lo que hay” (más o
menos).
Si ya de por sí el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero
está tratando a Ceuta de mala manera, las actuaciones de su
delegado lo hacen patente día a día.
El último ejemplo lo tenemos esta misma semana. Aprovechando
la presencia de periodistas en la presentación de una
Operación Paso del Estrecho discriminatoria para los
ceutíes, suelta una perla y dice que el Ministerio de
Administraciones Públicas da por terminadas las
negociaciones con Ceuta y Melilla porque el presidente
melillense le dijo al ministro que rompía las relaciones.
En cierto modo, dijo media verdad solamente, la única que le
conviene. ¿Por qué? ¿Por qué no cuenta toda la verdad?
Porque deja en evidencia la ineficacia del Gobierno de
Rodríguez Zapatero.
Esto hay que explicarlo. Es cierto que Imbroda y Sevilla se
encontraron en el Senado. Es cierto que Imbroda le dijo al
ministro que se rompe el juego. Pero lo que también es
cierto, y don Jenaro no ha sido capaz de decir, es que
Imbroda le preguntó por los asuntos pendientes de solución
en el Ministerio y el ministro le dijo que no hay nada que
hacer y que no se van a atender las peticiones de Ceuta y
Melilla.
Esta segunda parte de la conversación es la auténtica razón
de que se puedan romper los tratos con el MAP, no que
Imbroda le dijera tal o cual cosa.
Ay, don Jenaro, si cuenta la mitad, la que le conviene, se
queda en evidencia y con “algo” al aire (que cada uno
entienda lo que quiera).
Pero lo que más me duele es que intente, con esta maniobra,
despistar a los ciudadanos sobre la realidad de la
situación. Esta no es otra que al Gobierno de ZP le cuesta
mucho trabajo atender las peticiones legítimas que se
efectúan desde esta tierra. Es más, Jordi Sevilla sigue
incumpliendo sus compromisos. Dijo que contestaría antes de
las navidades. Ya estamos en estas fiestas y pronto pasarán.
Ni ha llamado, ni ha mandado una carta, ni llamará, ni nada
de nada.
Y ya que a don Jenaro le gusta usar símiles de películas, yo
le digo que la visita del Presidente del Gobierno a Ceuta a
finales de enero la comparo con la película “Bienvenido Mr.
Marshall”. Pasó por Ceuta, pero como si no hubiera venido
nunca. Todo lo que dijo, todo lo que prometió, todo lo que
anunció, sigue brillando por su ausencia. Y si el cartero
sólo llama dos veces en el cine, no se preocupe, porque cual
últimos de Filipinas, este pueblo seguirá en la lucha para
conseguir sus objetivos de ser y vivir como el resto de los
españoles, aunque a usted no le guste.
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