Un total de 18 mujeres perdieron la vida el año pasado a
manos de sus hijos, padres o algún otro miembro de su
familia que no fuera su pareja o su ex pareja, según datos
oficiales. Esta cifra representa la peor de los últimos
cinco años y supone un incremento del 50 por ciento respecto
a las 12 víctimas registradas en 2005. Ceuta es una de las
excepciones, ya que junto a Cantabria, Galicia, Navarra, La
Rioja y Melilla, no ha sufrido ninguna víctima mortal por
violencia de género. Por el contrario, Andalucía ha pasado
de 9 fallecidas en 2005 a 20, copando el primer lugar de la
lista. Le sigue Cataluña, con 10 víctimas mortales y
Valencia con 8.
La secretaria general de Políticas de Igualdad, Soledad
Murillo, afirmó que estos casos son “más difíciles de
tratar” al no haber ninguna denuncia que adviertan de ellos.
“si cuesta denunciar a la pareja, más aún a un hijo”,
añadió. No obstante, reconoció que a pesar de no estar
amparados por la Ley contra la Valencia de Género, estos
casos están “perfectamente incluidos” en el Código Penal, de
ahí que “por el momento” no considera necesario cambiar la
norma. Ocho mujeres murieron a manos de sus hijos y otras
ocho por algún otro familiar, mientras que dos de ellas
perdieron la vida a manos de sus padres. Estas víctimas se
unen a las 68 que el año pasado perdieron la vida a manos de
sus parejas o ex parejas, lo que supone un incremento de
13,3 por ciento respecto al año pasado. En total, casi un
millar de mujeres han perdido la vida en 2006 a causa de la
violencia doméstica, ya que otras 8 fueron asesinadas por
hombres que no tenían especial relación de parentesco y tres
a manos de un agresor sin lazos concretos.
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Soledad Murillo: “No habrá registro de maltratadores”
La secretaria de Políticas de
Igualdad, soledad Murillo, descartó la posibilidad de crear
un registro de maltratadores, a pesar de que el ministro de
Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, anunció que el
Gobierno estudiaba esta opción durante la presentación del
Plan Nacional de Sensibilización y Prevención de la
Violencia Doméstica para 2007. Añadió que la evaluación y
seguimiento que se hace de agresores y víctimas “queda en un
ámbito interno, pero sin necesidad de crear un registro de
maltratadores”. A su juicio, el problema es que “sigue
habiendo mucho miedo” a cualquier posible debilidad de la
Ley.
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