En un artículo en El País, el periodista Ignacio Cembrero
explica como en un libro publicado hace un mes por la
editorial La Découvert y escrito por los también periodistas
franceses Catherine Graciet y Nicolas Beau, ‘Quand le Maroc
sera islamiste’ (Cuando Marruecos sea islamista), se apunta
a la presumible puesta en marcha de las estrategia del
Gobierno de París contra los intereses económicos ceutíes y
españoles, y que no sería otra que la excusa del conflicto
de Perejil. “A las 24 horas de que los españoles desalojasen
a los infantes de marina marroquíes instalados en el islote
de Perejil el 17 de julio de 2002, el rey Mohamed VI envió a
París a su hermana, Lalla Mariam, con un mensaje urgente
para Jacques Chirac. La respuesta que recibió del presidente
francés fue: ‘Es ahora o nunca cuando hay que actuar para
oponerse a la penetración española en Marruecos’, y le
prodigó varios consejos en este sentido. ‘A continuación se
puso en marcha una estrategia para alcanzar este objetivo’,
según reflejó el espionaje francés en una nota.” Escribía
Cembrero.
De esta manera, y con fuentes de información como Taieb
Fassi-Fihri, el mentado libro señala que, según el servicio
secreto francés, Mohamed VI se puso manos a la obra dando
“consignas firmes para excluir a las empresas españolas de
los principales mercados y de las licitaciones, y
sustituirlas por francesas y norteamericanas e iniciar
también una guerra diplomática y mediática” contra España.
La primera en verse afectada fue la eléctrica Unión Fenosa,
“descartada, en el último momento, de la licitación para la
gestión del agua, la electricidad y el saneamiento de
Tánger-Tetuán, otorgada al grupo Vivendi”, con sede en la
capital francesa.
Réplica económica
Así, como señala Cembrero, la réplica real a la ‘afrenta’
española en Perejil fue también económica, según explica
Fassi-Fihri. Por eso “anuncia la creación de un gran
conjunto portuario, comercial e industrial”, en torno al
nuevo puerto de Tánger-Med, pegado a Ceuta. “Es, en cierta
medida, la sentencia de condena a muerte, comercial y
social, de los enclaves españoles de Ceuta y Melilla”,
asegura.
Preocupación francesa
Para el periodista del mentado rotativo nacional “el
documento rezuma la preocupación francesa ante el auge de la
influencia española en Marruecos: ‘Los franceses consideran
que España ha roto un acuerdo tácito que existía con Francia
y que estipulaba que, a cambio de dejarle conquistar
Latinoamérica, Francia se reforzaría sin competencia en
África del Norte’. Fassi-Fihri confirma que ‘las ambiciones
de España (...) han dado al traste con este acuerdo’. El
número dos de la policía secreta marroquí hace, por último,
a los franceses una descripción terrorífica de la actividad
del CNI, entonces a las órdenes de Jorge Dezcallar, ‘que
juega la carta de los barones de la droga del Rif,
tradicionalmente antimonárquicos, para crear un clima de
desestabilización y dañar la imagen de Marruecos’ ”.
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La posible eliminación de las tasas arancelarias, otro
problema ceutí
A toda la estrategia de
‘fagocitación’ económica y social de Ceuta y Melilla,
planteada por el Gobierno francés al marroquí -según los
propios servicios secretos de ambos países- hay que sumar
otra ‘espada de Damocles’, la que se derivaría de la
intención de Marruecos de suprimir las tasas arancelarias
fronterizas, tal y como ha expresado en distintas ocasiones.
De esta manera, el Impuesto sobre los Productos, los
Servicios y la Importación (IPSI), instrumento del que se
dotó a la Ciudad Autónoma de Ceuta (tanto como la de
Melilla) para su autofinanciación, sufriría un importante
revés, así como los miles de ciudadanos alauitas que cruzan
diariamente el paso fronterizo de El Tarajal.
Así, las macrodotaciones previstas para el gran puerto
diseñado y denominado Tánger-Med, se haría asimismo el más
importante abastecedor de la zona, ahogando financieramente
a las ciudades autónomas.
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