Como consecuencia de la
celebración de partidos de fútbol entre selecciones de
distintas autonomías (País Vasco, Andalucía, Valencia,
etc.), hemos visto como por parte de la plantilla de la
Selección Vasca (en la que se incluyen deportistas navarros
y riojanos -¿-) se reivindica, a través de una pancarta que
exhiben los jugadores a la salida al terreno de juego, la
“oficialidad de la selección”, o sea, que quieren participar
“oficialmente” en competiciones de ámbito internacional como
si de una nación se tratara.
Hace algunos meses, ya el Sr. Laporta, Presidente del Fútbol
Club Barcelona y el jugador del mismo equipo Oleguer,
orquestaron una campaña en pro de “una nación… una
selección” poco menos que queriendo convencernos de que
antes de la unión de Cataluña a la corona de Aragón ya
existía una federación de fútbol y se practicaba este bello
y popular deporte en las verdes praderas de la región.
Quisiéramos saber, además, si estos profesionales del balón
van a reivindicar también la organización de una liga
profesional de fútbol en la que tendrían que participar con
equipos como el Amurrio, Sestao, Baracaldo, R. Unión, Lemona,
Laudio, Beasain, Zalla, Amorebieta, y si serían sus
encuentros tan emocionantes como un histórico Athletic de
Bilbao (12 “Pichichis”, 6 “Zamoras”, 89 internacionales, 8
ligas, 23 Copas y 1 Supercopa de España) Real Madrid,
Barcelona, Valencia, Sevilla o cualquier otro conjunto de la
actual primera división de liga española. Y, es más, si
estarían estos equipos vascos dispuestos a pagar los
suculentos contratos que ahora se vienen abonando en la
capital vizcaína, en la guipuzcoana o en la alavesa, cuando
contaran en la mayoría de los partidos que celebraran con
unos escasos cientos de seguidores, cuando la televisión
pagara unos derechos muy por debajo de los que actualmente
abona y cuando se acabaran los ingresos por la participación
en las Apuestas del Estado.
Además, tal “oficialidad de la selección” aparte de las
consecuencias enumeradas que se derivarían de ello (y esto
tenemos que lamentarlo quienes participamos de la afición al
bello deporte del fútbol), nos privaría de presenciar por el
resto de la geografía nacional en competiciones oficiales, a
los históricos y apreciados equipos vascos Athletic de
Bilbao, Real Sociedad de San Sebastián, Alavés y otros de
segunda división en sus dos categorías (a los que
pertenecieron legendarios jugadores como aquellos Iriondo,
Venancio, Zarra, Panizo y Gaínza o, más modernamente, a los
Zubizarreta, Julen Guerrero, Urzáiz y Echevarria, por citar
algunos internacionales del conjunto nacional español de
ascendencia vasca que pertenecieron o pertenecen a equipos
de esta región).
No creemos, por último, que los futbolistas profesionales
reivindiquen, también, la participación gratuita y su
fichaje con el carácter de amateur en los equipos vascos,
sino más bien que antes emprenderán el camino de la
emigración y vendrán a jugar, si no se les considera
extracomunitarios, formalizando contratos con otros equipos
españoles o extranjeros.
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