La noticia del día es, sin lugar a
duda alguna, el atentado perpetrado por la banda terrorista
ETA. Dejando a un lado el asco y la repulsa que me producen
todos los asesinos y quienes les defienden incluidos, todos
aquellos que encuentran el derecho de los humanos pero que
jamás me han dicho, cuáles son los derecho de quienes son
asesinados a sangre fría sin motivo que justifique esos
asesinatos y, mucho menos, en un Estado democrático, a no
ser que entiendan por esos derechos, el aplauso cuando van a
ser enterrados y, en ocasiones, la bandera nacional
cubriendo el féretro mientras suena el himno nacional. O sea
que los derechos son, llana y simplemente, para los
asesinos.
Pues, bien, en aplicación de eso derechos, para que tuviesen
las mismas oportunidades, a los asesinos les dejaría en la
cárcel, hasta que resucitaran los asesinados y si algunos
vienen a defenderles basándose en esos derechos pues, al
“bote”, acompañándoles hasta que los asesinados vuelvan de
sus tumbas y puedan hacer sus alegaciones. Con toda
sinceridad, creo que sería la fórmula más justa de aplicar
esos derechos que nacieron, precisamente, en los países que
menos derechos humanos existen, como fórmula de
autoprotección por los asesinatos cometidos.
A todos esos, que se dedican a defender a estos asesinos,
les preguntaría qué lo qué han hecho todos los asesinados
por la banda terrorista, incluidas las mujeres y los niños,
que han caído por el efectos de sus balas o de sus bombas.
Seres inocent4es,a los que la ETA les quitó la vida cuando,
precisamente, empezaban a vivir. Aún tengo grabada en mis
retinas, las fotos de aquellas muñecas destrozadas, a las
que sus dueñas, unas pequeñas niñas, que empezaban a vivir
no podrán volver a jugar con ellas y todo porque unos
asesinos decidieron, un día, acabar con sus vidas.
Y hay quienes piden la libertad de Chaos, ese asesino que
tiene sobre sus espaldas, si mal no recordamos, veinticinco
muertes. Cómo se puede pedir la libertad para semejante
asesino sin sentimiento alguno. Igual , todos aquellos que
piden su libertad, tengan los mismos sentimientos que el
individuo este o sea tan asesinos como él. Porque de no ser
así, no se entiende que pidan su puesta en libertad. Es más,
está en su perfecto derecho de hacer una huelga de hambre,
pero de verdad, no engañando al personal comiendo jamón de
york. Un derecho, el de la huelga de hambre, pero de la de
verdad, sin comer nada, que nadie le puede quitar. Como
humano, puede hacer de su vida lo que le venga en ganas y
nada, ni nadie, tiene el derecho de evitarlo. Ya se dio un
caso en Inglaterra, país que lleva muchísimos mas años que
nosotros en democracia y donde nadie puedo intervenir para
acabar con la huelga de hambre que, voluntariamente, había
decido hacer el terrorista. La llevó hasta sus últimas
consecuencias. Pues, eso.
A los terroristas hay que combatirlos con la ley en la mano,
pero aplicándola con todo el rigor. Querer dialogar con la
ETA es una perdida, lamentable, de tiempo. Y ni te cuento,
si hablamos de un proceso de paz. Ese proceso de paz nunca
se dará, porque para llegar a él, hay que darle la
autodeterminación a las Vascongadas y, además, anexionarles
Navarra y una parte del territorio francés. Volvamos a Ley
Antiterrorista, dejando de ser unos ilusos.
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