Quiero cerrar el año 2006 deseando
que, en el que comienza mañana sean ustedes felices, lo que
significa que se cumplan todas sus expectativas, entre ellas
el que se plasme en el Texto Constitucional el derecho
fundamental de los españoles a la felicidad. Y ello en un
momento en el que, la ciudadanía, cierra un año cuajado de
decepciones, pequeñas y grandes. La inseguridad ciudadana es
una constante, hace falta más Policía y más Guardia Civil
con mejores sueldos, mayores incentivos y mucho mejor dotada
de infraestructuras.
Para el 2007 deseo que, las bandas de delincuentes
extranjeros que nos aterrorizan sean desarticuladas,
juzgadas y enviadas a cumplir sus condenas en sus países de
origen. Que el Código Penal y la Jurisprudencia reconozca un
auténtico derecho a la legítima defensa y a responder a
agresiones sin tantas pamplinas ni tantos requisitos, a la
americana. Que la tenencia de armas para defenderse, por
parte de los ciudadanos honrados, pase a ser una realidad,
ante la imposibilidad del Sistema de garantizar nuestras
vidas y nuestros patrimonios. Que absuelvan al yerno de los
Tous y le den la Cruz del Mérito Civil por haber abatido a
un delincuente y que todos nos sintamos libres y seguros a
la hora de defendernos, sin el temor de acabar, encima,
encausados.
Muchas expectativas para un año que comienza con ocho
millones de pobres en España donde, las toneladas de
millones para el supuesto “desarrollo” y la cooperación
internacional ,esa que consiste en quitarle el dinero de los
pobres de los países ricos para dárselo a los ricos de los
países pobres, esos buenos dineros, se inviertan en planes
de desarrollo españoles y para los españoles. Que los
mileuristas sean una broma pesada del pasado y los sueldos
dignos motiven a nuestros JASP jóvenes aunque sobradamente
preparados. Que se encarcele a los especuladores
inmobiliarios porque aparezca la especulación como
enriquecimiento ilícito contemplado y castigado en nuestras
leyes.
¿Sueños o expectativas? Tomaremos nuestros sueños por
realidades para que los ayuntamientos estén conformados por
políticos populistas, con menos dengues y menos corrección
política y que gobiernen latiendo con las aspiraciones
populares. Y que mande el pueblo en los Consistorios que no
los promotores inmobiliarios ni los tiburones de las
empresas. Que se vuelva a luchar contra el terrorismo al
estilo aznarista y se acabe con el mamoneo porque, si para
que cuarenta millones de españoles, para vivir en paz,
necesitamos que se meta en la cárcel a cien mil hijoputas,
ya estamos tardando en construir nuevas prisiones y meterles
a todos dentro. ¡Ay, lo que son los sueños! Que dejen a la
Udyco y a la Guardia Civil que se arreglen con el Gobierno
Vasco y que investiguen los del Tribunal de Cuentas, porque,
escarbando e investigando se le puede hacer mucha pupa al
nacionalismo.
Con las doce uvas doce expectativas que se cumplirán: Que
España jamás sea Expaña. Que no existan centros de
adoctrinamiento laico por cojones. Que los hombres y mujeres
de fe no seamos perseguidos ni acorralados.
Que podamos estar seguros. Que una casa no sea una fantasía
sino un derecho real. Que se acabe la usura bancaria y
exista una Banca Nacional para el pueblo. Que… que seamos
felices y nunca perdamos la esperanza ni la ilusión.
Ilusionante 2007.
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