Se nos escapa 2006 sin remisión a
golpe de segundero; al paso cadencioso, lento pero sin freno
del tiempo reflejado en minutos, horas... la meta fijada en
el 31 de diciembre se acerca irremediablamente ansiando la
llegada de un nuevo ciclo anual, 2007, que traiga mejoras
sustantivas en la vida de cada uno de nosotros.
Pero también es tiempo de echar la vista atrás y valorar
desde un prisma meramente objetivo lo realizado a lo largo
de este año que inicia formalmente su despedida.
En el mundo de la política es común realizar valoraciones
sobre los doce meses que llegan a su fin. Valoraciones que,
a veces se sustentan en una visión subjetiva y no de
conjunto desde un punto de vista objetivo. Desde fuera se
observa con la prudencia necesaria de saber que en el
‘juego’ político la botella de agua siempre estuvo medio
llena o medio vacía en función del lado desde el que se
valorase.
Por eso, y a sabiendas de que esta situación se repetirá por
activa y por pasiva en estos días valorativos, lo mejor es
contemplarse a uno mismo, a su propio entorno y comprobar
qué tal le ha ido el año a él y a los suyos.
Un año que se cierra con un alto porcentaje de parados en la
ciudad no es bueno; un año que se cierra con previsiones de
falta de inversión estatal futura, no debe haber sido bueno
y mucho menos el que viene; un año en el que el ladrillo se
erige como salvador económico del territorio y con las
previsiones de que siga estando considerado como un elemento
activo de primer orden para la economía de la ciudad,
tampoco es para tirar cohetes porque no es la panacea y sólo
sirve para salvar una coyuntura negativa...
Falta la llegada de inversores privados que generen puestos
de trabajo; Se ha echado en falta este año que acaba el
apoyo necesario al inversor -no sólo al de Ceuta que ya
debe, por ser ceutí, mantener viva la inversión, sino al
foráneo que llega con el interés de establecerse en la
ciudad. Hagamos acto de contricción y comprobemos si todo lo
hemos hecho correctamente. 2007 está aquí con nuevos retos,
cada vez más complicados.
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