Hay cosas que están tan pasadas de
moda, que son caducas y que lo único que mueve es a la risa
o la carcajada, viendo a algún que otro personaje querer
traer fecha prehistórica a la actualidad. La caducidad, en
todos los ordenes de la vida, tiene fecha y querer ocultar
la fecha de su caducidad puede ser nocivo para la salud. Lo
único, que con el paso del tiempo mejora en calidad, es el
vino. Naturalmente que a todos los que nos gusta el vino, no
quiere decir que, a igual que él, podamos mejorar aunque al
tomarnos par de riojas se nos pongan dos círculos rojos en
la cara y un puntito del mismo color en la nariz.
Algunos políticos u lo que sean, que no hay que exagerar, no
se enteran de que están más gastados los discursos del ardor
guerrero, que empleaban los políticos de otras épocas
anterior a la democracia, que el primer yogourt que se tomó
Abel, ese al que mató su hermano Caín. Vaya tela de hermano.
No se enteran, y es que de poco se pueden enterar quienes no
saben, pero por esa suerte que tiene la tómbola de la vida
les dieron, a todos estos ineptos de la política, la gorra y
el pito con mando. Y esa gorra con su pito incluido que les
reviste de autoridad “competente”, les hacen lanzar sus
proclamas o discursos políticos, en plan ardor guerrero,
enardeciendo a las masas y enviándolas a esa lucha sin
cuartel contra el enemigo.
En el transcurso de su arengas políticas, sus caras se
transfiguran, adquiriendo un color rojizo, mientras sus
venas se le ponen en plan aceitunas gordales en sus cuellos
y sus voces adquieren unos tonos potentes animando, de esa
forma, a sus leales a combatir hasta la última gota de su
sangre por la causa que, sin duda alguna, les seguirán
reportando buenos dividendos.
Dicen los que entienden, entre ellos la sabia de mí abuela,
que: ”la cara es el espejo del alma”. Y uno, al tener en
cuenta esto que dicen, piensa que si eso es verdad, lo de la
cara es el espejo del alma, quiere decir que como se les
pone la cara “roja”. Igual si, a algunos de ellos, le
hacemos la prueba del polígrafo y les preguntamos: ¿Son
ustedes del partido al que se están dirigiendo en sus
arengas de ardor guerrero?. Y nos contestan que sí. Igual el
polígrafo dice que mienten por aquello de que la cara, al
ponerse roja es el espejo del alma. Y tres hojitas tienes
verdes las demás son encarnadas. Lo siento, me estoy
haciendo un lío y ya se sabe que según los chinos, un”lío”
es una corriente continúa de agua. Y agua que no has de
beber déjala correr. Y camarón que se duerme la corriente se
los lleva. Y a muchos de todos estos polítiquillos de medio
pelo de los discursos del ardor guerrero, que están nadando
contra corriente, porque esa es sólo su corriente por sus
intereses, puede ser que se los lleve por delante, como a
los camarones, otra corriente que viene empujando cargada de
juventud, dispuesta a acabar con todos estos carcamales de
los discursos trasnochados del ardor guerrero y lucha sin
cuartel contra el enemigo.
Al final, todos esos de los discursos que llevan a sus caras
los tintes rojizos, las venas que se le van a romper de sus
cuello autores del ardor guerrero y muerte al enemigo, sólo
son aplaudidos por los estómagos agradecidos, que en la
mayor de las imbecilidades les hacen creer que son los
nuevos Alfonso Guerra. Un respeto.
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