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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 27 DE DICIEMBRE DE 2006

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

Lamentable imprevisión
 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

De lamentable hay que considerar la imprevisión de nuestras autoridades responsables del tráfico y movimiento portuario por la Aduana de Algeciras al no tener en cuenta la aglomeración de personas y vehículos que, como consecuencia de las Fiestas Navideñas, por una parte, y de la celebración de la Pascua del Aid el Kebir (que nosotros conocemos como la fiesta del Sacrificio del Cordero), por otra, se trasladan desde la Península a Ceuta o desde diversas naciones europeas a Marruecos. Y pensamos que, a estas alturas del estado de desarrollo de un país como el nuestro, no es permisible que se den tales situaciones de espera cuando se dispone de los medios necesarios para evitarlas como son las cerca de treinta rotaciones ordinarias (mas las extraordinarias que puedan programarse) de las distintas compañías navieras que tienen concedidas autorizaciones para el servicio de viajeros por el Estrecho de Gibraltar, la disposición de un buque de mayores dimensiones de los que habitualmente vienen operando y las líneas que operan en la Ciudad de Tánger.. Y es más lamentable, aun, cuando observamos como niños, mayores y ancianos tienen que soportar, en algunos casos, esperas de más de veinticuatro horas, haga frío o calor, en el vehículo en que se trasladan ya que, al estar dentro de una caravana de automóviles que, en cualquier momento, se pueden poner en marcha o por disponer de bacas o remolques, cuyas pertenencias están al alcance de cualquiera, no tienen mas remedio que permanecer cerca de las mismas para evitar su sustracción que, para mas inri, también se dan en estos casos.

A la vista de la caótica situación, cuyos principales damnificados son personas de modesta economía, en la mayoría de los casos trabajadores que llegan a recorrer más de tres mil kilómetros en un día, que se trasladan desde sus lugares de origen (Holanda, Bélgica, Inglaterra, Francia o España algunos hasta Agadir, en la zona sur de Marruecos) y que, además, disponen de poco tiempo, las autoridades españolas tenían que haber previsto la masiva llegada de los mismos, preparando, como se hace en verano con la Operación Paso del Estrecho, la regulación del tráfico y procedido a la evacuación ordenada de vehículos, así como facilitar la información necesaria de su desarrollo, tanto durante el trayecto peninsular, como a la entrada de la ciudad de Algeciras o en el mismo puerto, evitando, también, que los vehículos nacionales, algunos que enlazan con servicios de trenes o aviones, tengan que soportar los inconvenientes de los “tapones” y las esperas que se originan en las autovías de acceso y tránsito hacia otras poblaciones importantes de la comarca del Campo de Gibraltar o de las provincias de Cádiz y Málaga.

Ello no obsta, para que por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado, se mantenga una vigilancia y servicio de orden público, lo suficientemente amplios, para evitar altercados o situaciones de presión como los producidos días pasados que perjudica a los emigrantes marroquíes y a los nacionales que tienen programados sus viajes encontrándose, de pronto, con estos graves inconvenientes que, aparte de ello, tanto desprestigian a las autoridades encargadas del tráfico y a las portuarias, todo como consecuencia de la lamentable imprevisión ya mencionada.
 

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