No había previsión ninguna sobre
la avalancha que se avecinaba de ciudadanos ceutíes
españoles y de ‘europeos’ marroquíes sobre el puerto de
Algeciras para conectar con el norte de África, bien con
Ceuta o bien con Tánger. La cercanía de la Nochebuena y
Navidad en el caso de los ceutíes primordialmente y la de la
fiesta del cordero en el caso de musulmanes, fuesen
marroquíes o españoles, derivó en un colapso portuario que
rompió las supuestas medidas adoptadas en Algeciras para la
llamada operación salida de Navidad.
Las navieras españolas de dos en dos (ua, ua) y las
marroquíes sin prever tampoco la llegada de miles de sus
compatriotas atascaron sin remisión el flujo de personas y
vehículos que se agolpaban en un número de 700 a la hora… un
desastre que vaticinaba lo peor.
Tanto es así que, después de horas y horas sin respuestas,
un grupo de un centenar de marroquíes se dirigieron, ni
cortos, ni perezosos, hacia la Autovía A-7 que enlaza Los
Barrios con Algeciras, y en un punto clave concreto de la
misma la bloquearon sin remisión.
La situación se volvió ciertamente tensa por cuanto los
vehículos se agolpaban en la autovía camino de Algeciras sin
poder acceder ni al municipio gaditano, ni al puerto en el
caso de los ceutíes que retornaban por Navidad, ni a ninguno
de los puntos por los que se puede acceder a la comarca del
Campo de Gibraltar desde ese punto de la carretera. Desde
las diez de la mañana hasta las tres de la tarde duró el
corte forzoso de la Autovía; el tiempo que tardó la Guardia
Civil en convencer a los insistentes marroquíes en que no
debían cercenar una carretera nacional de un país como
España en el que estas cosas se cortan por lo sano, cuando
no son marroquíes quienes lo protagonizan, claro. Así que
les dieron cinco horas (un exceso para los que lo sufrieron)
antes de usar parcialmente la contundencia. Los trabajadores
de los astilleros de Cádiz recibieron badana policial desde
el principio, por ejemplo. En este caso se mostró tibieza en
tanto que más de diez mil personas perjudicadas por la
acción de los marroquíes tuvieron que soportar el desaire y
el reto de estos extranjeros al cortar una muy principal vía
de acceso a una populosa población. Hoy se ha cedido, así
que ya saben que, con estos de Interior, esto es ‘jauja.
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