Los premios de la Lotería de
Navidad volvieron a esquivar a Ceuta un año más, lo que
ayuda a configurar una estadística negativa que ya va siendo
histórica en nuestra ciudad.
Sólo la tradicional pedrea puede hacer que algún caballa que
haya adquirido algún número en cualquiera de las tres
administraciones de Ceuta alcance el objetivo de embolsarse
algunos eurillos con los que satisfacer mínimamente algún
pequeño capricho sobrevenido por el impulso consumidor
adherido a la Navidad.
Por lo demás, nada de nada, a no ser que a algún convecino
se le haya ocurrido adquirir en Sevilla un décimo del número
agraciado con el majestuoso gordo premiado con nada menos
que tres millones de euros. En Sevilla tenía que ser y a los
sevillistas tenían que caerle en particular gran parte de
este millonario reparto de moneda única con el que celebrar
no sólo el año futbolístico que concluyen con la despedida
de 2006, sino el hecho real de que esta Liga puede acabar
navegando por las apetecidas aguas del Guadalquivir y
redondear una etapa de oro que no se conocía en la capital
de la Giralda desde la recordada Expo.
Dejaremos que la ilusión nos embargue para volver a ‘picar’
en la del niño, por si acaso. Mientras tanto, volveremos a
lo cotidiano, la realidad de cada día preparando la cena de
Nochebuena, la comida de Navidad o preparando los bártulos
para acometer con la ritualidad exigida el muy próximo
sacrificio del bíblico cordero.
Mientras tanto, y como el que no se consuela es porque no
quiere, este gobierno nos regala durante, parece ser que una
semana, la posibilidad de patinar sobre una pista de hielo
en una carpa preparada al uso que está siendo ubicada en los
terrenos del recinto ferial de La Marina. Es la última moda.
Las plazas portátiles que trasladaba el arte de cúchares a
los más remotos pueblos de nuestra geografía, ha dejado paso
a pistas igualmente portátiles que ofrecen la posibilidad de
disfrutar de sensaciones más propias del clima continental
que, obviamente, del mediterráneo.
Para el año que viene pediremos una oficina permanente de
Ceuta en Bruselas, que no es moda pero sí será, seguro, más
efectiva.
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