Quienes pusieron el grito en el
cielo, apenas hace veintitantos días, porque Fabio Cannavaro
había sido premiado con el Balón de Oro, se han llevado un
nuevo disgusto. Los disgustados pertenecen a esa clase de
periodistas cuya ilusión radica en que al fútbol se juegue
vestido de esmoquin. Y, claro, más que a ver un partido de
fútbol acuden a los campos cual asistentes a una
representación de ballet.
Los disgustados, periodistas exquisitos que suelen hablar
por los codos de la calidad de Guti y de sus pases
decisivos, pero que jamás resaltan su desidia y sus
deficiencias, durante los partidos, están consternados
porque Fabio Cannavaro ha vuelto a ganar otro trofeo
codiciado por los futbolistas: el FIFA WOLRD PLAYER. Y
mientras la prensa de Madrid acepta a regañadientes la
decisión de los seleccionadores y capitanes, votantes
mayoritarios de FC, en Barcelona lanzan diatribas contra
quienes piensan que le han birlado el magnífico presente a
Ronaldinho.
Los periodistas, cuando lo del Balón de Oro, pecaron de
falta de corporativismo. Dijeron que la designación de
L’Equipe les merecía poco respeto. Sin darse cuenta de que
tal opinión era un reconocimiento a algo muy sabido: el
noventa y nueve por ciento de los periodistas no saben ni
una papa de fútbol. Lo cual no hace falta que lo asegure
Menotti. Ahora, con el premio de la FIFA, han vuelto a
las andadas. Aunque hablan de favoritismos, de intereses, de
injusticia... Y sólo les ha faltado decir a los plumillas
que la gente que ha votado no tiene ni idea de lo que ve.
Son quienes piensan que ser defensa es muy fácil. Que
defender está al alcance de cualquiera. Pues no, miren
ustedes, defender es un arte: así lo ha declarado Cannavaro.
Quien fue, la temporada pasada, Campeón de la Liga italiana
y Campeón del Mundo. Y ser el mejor defensa de un Mundial,
donde se supone que acuden los mejores jugadores, además de
arte a la hora de defender se necesitan muchas cualidades. Y
todas ellas las pudimos apreciar durante las actuaciones del
actual zaguero madridista en Alemania.
Fabio Cannavaro, napolitano de perpetua sonrisa y que cae
bien a las primeras de cambio, tal vez porque se comporta
con una naturalidad apabullante, insiste en airear a los
cuatro vientos algo que le hace, sin embargo, ganarse
enemigos a paso de legionario. Me explico: cada vez que le
preguntan a quién le hubiera dado el Balón de Oro, FC no
duda en dar el nombre de Buffon. Y, en esta ocasión,
aclara: “Ronaldinho como delantero es un fenómeno. Y Buffon
es el Ronaldinho de la portería. Buffon siempre hace
milagros; es otro fenómeno”.
Hablando así del extraordinario guardameta italiano,
Cannavaro atenta contra todos los que han hecho de
Casillas su ídolo. Es decir, pone de los nervios a los
que han creado un mito y tratan por todos los medios de que
éste no sufra el menor daño. Aunque en el empeño hayan de
inventarse mentiras al respecto. Hay defensores del mito por
cuestiones de dinero: han de vender muy bien un producto en
el cual se han invertido cifras astronómicas de euros. Es
algo de cajón. De no ser así, debería pensar que es
incontable el número de tontos distinguidos entre los
periodistas.
Porque hay que ser muy lelo o muy poco dado a rectificar
ante la cruda realidad de los hechos, cuando se exponen los
defectos del portero y sus seguidores se mantienen en sus
trece: Casillas es deficiente en el juego aéreo; Casillas es
un inútil manejando los pies; Casillas no es bueno
tácticamente; y Casillas... Pero es el mejor portero del
mundo..., responden los componentes de la secta. Y que ahora
llegue Cannavaro y les contradiga, les resulta insoportable.
Eso sí: a FC le van a zurrar la badana. Ya se puede ir
apretando los machos.
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