Sería absurdo, por mi parte, decir
que antes se vivía mejor que ahora, por la sencilla razón de
que el mundo ha avanzado y por pura lógica los tiempos son
mejores en todos los aspectos incluido, el más importante,
el económico. El mundo ha avanzado y con él han seguido el
avance los que pertenecemos al mismo. Creer, por tanto, que
antes se vivía mejor, no es más que un error que sólo
cometerían a los que se les paró el reloj en el paso del
tiempo. Sin embargo es justo reconocer que a pesar de que
,hoy día, tanto se habla de la palabra solidaridad, ante
había más solidaridad entre los humanos. Y es que, en
ocasiones, los mal llamados progres usan la palabra con una
frivolidad de aquí te quiero ver, quizás porque no sabe, con
certeza, cuál es el significado de la palabra solidaridad.
En el mundo actual, ese mundo que nos ha tocado vivir, todos
nos inclinamos a tratar de conseguir la mayor fortuna
posible sin importarnos para nada, lo que le pase al
prójimo, precisamente, cuando hay millones de prójimos que
se mueren por segundos hasta por no contar con agua para
beber. Ahora, eso sí, acallamos nuestra conciencia, lanzando
proclamas y perdiendo el tiempo en charlas, reuniones y más
reuniones, tratando de ver cómo se soluciona el hambre en el
mundo y mientras perdemos el tiempo, en todo ello, cada
siete segundo muere un niño en el mundo. Pero, nosotros,
seguimos con nuestras reuniones, que cuestan una pasta para,
al final, decidir que le vamos a mandar, no sé cuántos
millones a esas criaturitas. O sea pan para hoy, hambre para
mañana. Una gran prueba de lo que es la solidaridad, entres
las personas, la dábamos los que menos teníamos en la
Navidad. Esas navidades en las que, aún, uno era un niño y
que me sirvieron, con el paso de los años, para comprender y
seguir manteniendo lo que es la solidaridad entre los
humanos. Y cosas curiosa, todo lo que aprendí, de ella, de
la solidaridad, era por parte de los menos pudientes. Me
explico.
Nunca, en unas navidades, ningún vecino se quedaba sin tener
nada que llevarse a la boca porque, para que no les faltase
algo con que calentar el estómago, estaba el resto de los
vecinos, que compartían entre ellos, lo poco que en aquellos
momentos había. Porque, realmente , era muy poco lo que se
podía compartir, pero se compartía y, eso es una prueba
palpable de lo que ,en verdad es, la solidaridad.
Un trozo de pollo, par de polvorones, un caldito o una copa
de coñac, aportados por unos, otras cosas aportadas por
otros, hacían un todo, que se repartía entre todos los
vecinos y así, de esa forma tan solidaria, celebrábamos las
navidades con algo que llevarnos a la boca, mientras
villancicos van y villancicos vienen, íbamos engañando al
estómago, pasándolo una jartá de bien porque, a fin de
cuenta, todos habíamos comido algo, gracias al reparto de
todos para todos. Eso es solidaridad entre las personas. Lo
demás, la creación de las comisiones, las reuniones y toda
esa parafernalia que se han inventado los que más tienen
para ayudar a los pobres, no vale para nada. Para comer lo
que vale, no son las comisiones, ni las reuniones, ni nada
de todo eso, sólo vale un bollo de pan.
|