Las noticias nacen, crecen y se
extinguen porque van perdiendo interés, dejan de ser
“novedosas” y el morbo inicial se va churruscando hasta
convertirse en cenizas, tertulia tras tertulia y Tomate tras
Tomate . De hecho, los encendidos debates sobre los Malayos
aburren hasta el bostezo y a no ser que el juez Torres le de
vidilla a las actuaciones encarcelando a alguien “muy”
famoso que constituya un auténtico balón de oxígeno para los
tertulianos, para mí que, el tema está agotado.
Aunque no la fama de “destino VIPS” del Centro Penitenciario
de Alhaurín de la Torre que ha visto ascendido a los
madriles a su anterior y atractivo director , siendo
sustituido por un operativo nato, ex Subdirector de
Seguridad del Centro y que ha comenzado su andadura
decorando la cárcel por Navidad con tal despliegue estético
que, por fuera, parece El Corte Inglés. De entrada, la
altísima torre que caracteriza a la prisión ha sido adornada
en cada piso con guirnaldas de luces con motivos navideños,
una pasada iluminativa, como pasada son las tiras de luces,
docenas que cuelgan del techo del primer rastrillo de acceso
donde, encima, ha colocado un inmenso árbol de Navidad con
bolas doradas y motivos barrocos en rojo. Se ve que,
mientras muchos puercos tratan de lavarnos el cerebro con su
sectarismo nihilista de ateos fanáticos, en los puntos más
insospechados de nuestra geografía florece la tradición
hermosa de estas fechas y lo hace exaltando nuestra cultura,
que es la del pueblo español. Y hay algo conmovedor, un
mensaje latente de esperanza en una cárcel que se viste de
luz en estos días que pertenecen a nuestra genética y a la
memoria de nuestro corazón. Esperanza y respeto para los
presos que montan belenes y engalanan cada módulo y gozo
para los sentidos de quienes tenemos que acudir al Centro
penitenciario por nuestra profesión. Qué ¿Adornan mucho la
prisión ceutí? Yo no lo sé porque no lo he visto aunque
puedo adelantarme, sin ánimos de señalar y decirles que
nunca, en mi larga vida profesional he contemplado el
fenómeno de montar una galería de arte junto a la sala de
espera de los familiares, para que, mientras esperan entre
puerta y puerta se extasien ante pinturas, fotos y poemas,
todo obra de los propios reclusos, aunados en una asociación
cultural que se llama Colectivo Moraga.
Realmente, este destino penitenciario es muy pijo y muy VIPS,
con los jardines tan cuidados que se puede comer sobre el
césped y una escultura exaltando la paz en el primer patio,
amén de murales de cerámica por doquier, todo fruto de la
imaginación y la genialidad de una población reclusa que es,
en general, bastante selecta y está muy concienciada.
¿Qué si voy a agotar mis cincuenta y tantas líneas
presumiendo de las excelencias alhaurinas? Pues sí. Para
darles envidia por una parte y para reconocer, por otra, que
cuando se unen un buen equipo directivo y unos presos
preparados, civilizados, integrados y receptivos, el
resultado es genial. Tan genial como para entretenerse en
encargar, montar y colgar ramilletes de luces en cada un de
los pisos de esa torre colosal e inservible, a no ser que
sea un módulo especial para gorriones y palomas. Navidades
Alhaurinas, exaltación del Nacimiento y bofetada sin manos
en los morros al laicismo beligerante y fanático. Y eso es
ser muy como Dios manda, si señor.
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