Éxito. Esta es la palabra que mejor define el concierto que
ofreció Espiral en la presentación de su disco. Éste, recoge
siete temas, y podrán ser escuchados por los asistentes al
concierto ya que recibieron un ejemplar cada uno. Las
letras, directas y fáciles de entender, llegaron a los
asistentes, quienes no pararon de corear las canciones de
este grupo ceutí. La garra y la voz de Jorge, la precisión
de los guitarristas Zapater y Domínguez, los adornos de
Rogelio y la coordinación de Antonio Jurado consiguieron
enamorar al público, que disfrutaba más a medida que iban
pasando los minutos.
Un tema que no está incluido en el disco, ‘Superestrella de
mierda’, fue el más bailado por los asistentes. El claro
mensaje -que trata de un grupo que despunta y los
derrotistas, por envidia, le dan la espalda y tiran piedras
sobre su tejado-, llegó directamente al público, que se lo
pasaba en grande, demostrando así que ellos no son de esos
que habla la canción. El concierto se alargó hasta altas
horas de la madrugada, debido a que el público estaba
disfrutando y no quería que el grupo se despidiera, y
también porque el sentimiento era recíproco. En una ocasión,
los asistentes abrazaron al guitarrista José Domínguez. El
Inferno se asemejaba a una gran fiesta familiar, ya que
todos conocían las letras de las canciones y el grupo estaba
muy cómodo en el escenario, como andando por casa.
Una de las muchas cosas buenas que se pueden sacar del
concierto es la inyección de moral que manda Espiral a la
música ceutí, algo que parece muerto. En definitiva, este
conjunto musical demostró que su concierto fue un buen
motivo para no salir de Ceuta el pasado fin de semana.
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