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OPINIÓN - LUNES, 18 DE DICIEMBRE DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Los cuatro ceutíes
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Sería una auténtica indigente moral si no me congratulara con la suerte de los cuatro ceutíes exculpados por el juez Garzón en la Operación Duna. Supongo que el mal trago que han pasado estos hombres les afectará durante mucho tiempo, ya saben, el llamado shock postraumático. Y que aprovecharán la experiencia, en primer lugar como ocasión de crecimiento y al tiempo se sentirán cercanos a todo aquel que padece privación de libertad, poniendo su vivencia al servicio del amejoramiento de las condiciones, a menudo pésimas, que sufren los detenidos. Aunque presupongo que, según las noticias, como Garzón ordenó que fueran grabados en todo momento y en los blancos y repulidos calabozos de la Audiencia Nacional donde tienen hasta watercito a un lado, lo vivido habrá sido menos traumático que con lo que se encuentran muchos encarcelados en calabozos fétidos y tercermundistas y comiendo bandejas de comida podrida. ¿Qué dicen? ¿Qué en Ceuta no dan como comida una gacha pestilente en bandeja? Pues en Málaga sí y los pobres detenidos subsisten malamente a base de las galletitas y el zumo racionado del menú, porque no les dan ni agua.

Lo sé porque me lo acaba de relatar un aterrorizado detenido por un tema de tabaco, que tuvo que hacer sus necesidades en el calabozo tras una manta, salió en libertad deshidratado y aún se encuentra en estado de shock porque no podía suponer que, en España, existieran lugares así. Y existen. Y en ellos se puede acabar, tanto por delitos graves como por pelearse con un guardia, por un tema de tráfico o por un simple error en la estimación de las pruebas. Quiero decir que, a los arrestos, calabozos y demás pueden llegar auténticos hijoputas sin los que, la sociedad estaría infinitamente más tranquila y entonces no me importa que sobrevivan comiendo galletitas o gente normal víctima de fallos humanos o de errores policiales y ni ustedes ni yo admitimos que puteen a “los nuestros”. ¿Por qué sonríen sardónicos? ¿Por el Principio de Presunción de Inocencia? Joder, no es para que ustedes se lo tomen a cachondeo ¿Qué dicen? ¿Qué se lo pregunte a los miles de presos preventivos que cumplen las condenas por anticipado? Por favor, comprendan que, para vivir, yo al menos “necesito” creer en “algo”, aunque sea de manera leve, dada mi diáfana inteligencia superficial. Pero tienen razón, yo no creo ni confío en las Instituciones, quitando a la Udyco y a la Benemérita, que me hacen sentir segura , el resto me la refanfinfla. ¿Qué si soy incrédula como San Pablo? No. Creo firmemente en el pueblo español y creo en que, los cuatro ceutíes excarcelados pueden hacer algo, desde su experiencia, por quienes se encuentran doblemente jodidos, en primer lugar por estar entre rejas y en segundo lugar por dejar aparcado todo vestigio de dignidad en el momento en que les dicen “Quítense los cordones de los zapatos” y les niegan, por mor de unas leyes despiadadas, dictadas por seres lejanos y despiadados que ni sienten ni padecen como nosotros, les niegan el pobre placer de un cigarro consolador. Cuando no, los reglamentos dictados por remedos de seres humanos, obligan a arrebatarle las gafas a un pobre miope y le dejan encerrado y entre brumas por razones de “seguridad”. No, no creo en nada sino en la lucha del pueblo llano por borrar del mapa leyes y reglamentos diabólicos que hacen sufrir a las personas. Los cuatro ceutíes tienen que estar de acuerdo conmigo.
 

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