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No lo decimos nosotros, lo dice el
juez instructor del Juzgado Central de Instrucción número 5
de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón para quien la
actuación de la Policía Nacional del pasado martes cuando se
‘explotó’ la llamada ‘Operación Duna’ ha evitado “un mayor
grado de estructuración del grupo que, de permitirse,
hubiera elevado exageradamente el riesgo contra la vida de
las personas”.
En el auto, del que ya se ha comentado extensamente en los
medios de comunicación, el magistrado ofrece claves muy
concretas del por qué los que están imputados van a tener
que someterse al criterio de la justicia en España. Las
pruebas, al parecer, no dejan lugar a dudas sobre quiénes
son los individuos que han intentado ‘jugar’ al terror, una
vez le han fallado ya cualquier recurso legal e ilegal para
mantenerse en el ‘machito’ del control de un barrio que debe
despertar y decir basta a tanto ‘iluminado’ y a tanto
activista radical procedente de Marruecos.
La actuación de la Policia ha tenido que llegar en el
momento adecuado, a tenor de las imputaciones realizadas por
Garzón a estos elementos de la fauna mas radical del
Príncipe. Los habitantes de este populoso barrio deben
reaccionar y, desde dentro, acusar a quienes osen alterar la
paz ciudadana de su barriada.
Por fin, años hacía que debía haberse pensado, se ha ideado
un macro proyecto con el que paliar las gravísimas
deficiencias estructurales de una zona que ha crecido sin la
imposición de la legalidad (Fomento, Urbanismo). Las voces
ciudadanas claman ante la pasividad de décadas de la
instución, otrora municipal, sobre las ilegales
construcciones. La falta de orden a la hora de levantar
ladrillos, tomar enganches desde las farolas, o el uso de
las alcantarillas para el desague de las aguas fecales entre
otras, han sido prácticas permitidas y que han convertido a
este barrio en lo que es, un desastre estructural, algo
impensable en cualquier otra zona. ¿Por qué?. El todo vale
vivido en el barrio ha provocado la proliferación de
desajustes que han incidido fundamentalmente en el fomento
de la inseguridad y el germen de donde los aprovechados
iluminados sacan sus frutos.
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OPINIÓN / EDITORIAL
