El juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, ordenó
anoche el ingreso en prisión de siete detenidos el pasado
martes en Ceuta como presuntos integrantes de una célula
islamista que planeaba perpetrar atentados en la ciudad
autónoma y en la península "a largo plazo" y dejó en
libertad a los otros cuatro arrestados.
Garzón, quien estuvo interrogando a los detenidos durante
todo el día, decretó el ingreso en prisión de los siete por
integración en organización terrorista, colaboración y
falsedad.
Los arrestos se produjeron en el marco de la denominada
"Operación Duna" de la Comisaría General de Información de
la Policía y se puso en marcha en el momento en que se
observó que los presuntos integrantes de la célula planeaban
pasar "del discurso fanático a la acción".
Larga jornada
Después de una larga jornada de sábado, cuatro de los once
detenidos por su presunta pertenencia a una organización
terrorista internacional fueron puestos en libertad sin
cargos. El resto de implicados en esta operación
permanecerán bajo custodia policial a expensas de que salga
el auto correspondiente, bajo secreto de sumario.
Con los primeros rayos del sol hacían aparición en la
Audiencia Nacional los once detenidos en Ceuta por formar
parte presuntamente de una célula del Grupo Islámico
Combatiente Marroquí (GICM), vinculado a Al Qaeda. El
encargado de tomar declaración a los detenidos fue el juez
Baltasar Garzón, titular del Juzgado Central de Instrucción
número 5, junto al fiscal del caso, Pedro Rubira.
Antes de ser trasladado ante el magistrado, según ha podido
conocer El Pueblo de Ceuta, Mohamed Tarik Chaib Abdeselam
fue puesto en libertad.
Los implicados en la denominada 'Operación Duna' habían
llegado a Madrid el pasado miércoles tras prestar
declaración previamente en Ceuta. Una vez en la capital
fueron llevados a la Comisaría General de Información, donde
han permanecido hasta su traslado a la Audiencia Nacional.
Tras una larga mañana sin noticias en el devenir de las
declaraciones, no sería hasta las cuatro de la tarde cuando
hiciera acto de presencia el primero de los cuatro detenidos
puesto en libertad sin cargos. Mohamed Tarik Chaib
Abdelizaiz, de 29 años, abandonaba las dependencias
judiciales para abrazarse con sus familiares.
El rostro de Tarik daba muestras de un alto grado de
nerviosismo tras lo vivido en los últimos días. Incapaz de
articular palabra, aseguraba no saber todavía con certeza
todo lo ocurrido. Sus primeras declaraciones fueron “soy
libre, soy libre”.
Tras la salida del primero de los presuntos implicados en
esta operación, los familiares esperaban con optimismo saber
pronto sobre alguno de los suyos. Hecho que se confirmó con
la puesta en libertad de Ahmed Mustafa Mohamed, el más joven
de los detenidos con 24 años de edad. El guarda de seguridad
dio también claras muestras de estar bastante desorientado,
síntoma que quedó confirmado a la hora de intentar explicar
sin éxito todo lo sucedido.
Llegada la media tarde era Reduan Ahmed Abderrahman, el
tercero de los detenidos puesto en libertad, quien corría a
brazos de sus familiares. Más afectado que el resto, este
joven de 26 años se mostró más esquivo, prefiriendo
abandonar el lugar con cierta celeridad.
Tras éste el último, hizo su aparición el segundo de los
hermanos Mustafa, Rachid. De los cuatro salpicados en la
‘Operación Duna’ que fueron puestos en libertad sin cargos
fue el que mayor muestras de alegría daba al ver como se
acababa “una pesadilla” después de “cinco días en un
calabozo, incomunicado”.
“He vuelto a nacer”, no dudaba en asegurar el auxiliar de la
Policía Local, quien se mostraba parcialmente emocionado a
la hora de hablar con su hija pequeña mediante un teléfono
móvil.
Rachid explicó a El Pueblo de Ceuta cómo se desarrolló toda
la ‘Operación Duna’, desde que fueron detenidos hasta su
puesta en libertad. Según sus palabras las escenas vividas
en Ceuta durante la madrugada del martes fueron “de
auténtica película”, más propia de la ficción que de la
misma realidad, donde se vivieron momentos de “mucha
impotencia”.
Con las babuchas que calzaba en el momento de su detención
bajo el brazo, Rachid contó que a lo largo del viaje y
durante su estancia en Madrid no “ha habido nada fuera de lo
común” con las fuerzas de seguridad, circunstancia no vivida
en el momento de la redada policial, donde aseguraba “que
todas las detenciones se podrían haber realizado de una
manera más sencilla”.
El segundo de los hermanos Mustafa no quiso salir al paso de
las acusaciones realizadas sobre su persona, afirmando tan
sólo su alegría por “haberse hecho justicia”.
Todos los detenidos que fueron puesto en libertad mostraron
su deseo de volver cuanto antes a Ceuta y retomar sus vidas
donde la dejaron. Algo que podrían hacer a lo largo de la
jornada de hoy domingo.
En lo que respecta al resto de detenidos, siete del total de
once que fueron trasladados a Madrid permanecerán bajo
custodia policial a expensas de que se haga público el auto
con las acusaciones correspondientes.
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Los familiares de los liberados confiaban en su inocencia
Alguno de los familiares de los
detenidos acudieron a la Audiencia Nacional a primera hora
de la mañana para seguir de cerca el transcurso de una larga
jornada de sábado. Karima Mustafa, hermana de Rachid y Ahmed,
se mostraba enérgica a la hora de defender la inocencia de
sus hermanos afirmando que habían “detenido un atracador
antes de atracar el banco”.
Según Karima las opiniones vertidas sobre Rachid, auxiliar
de la Policía Local, "han hecho mucho daño a la familia",
porque han puesto en el punto de mira a una persona
"reservada" con “inquietudes diferentes” de las que se le
atribuyen.
La hermana del detenido rechazaba, lo que considera una
acusación social previa a la que se han visto sometidos, por
una simple opinión vertida por un antiguo compañero de
trabajo.
Sobre tal asunto también comentó al respecto, que una vez
pasada esta vorágine buscará la manera de limpiar el nombre
de sus hermanos.
Confianza en Garzón
Karima Mustafa relataba a las puertas de la Audiencia
Nacional como había tenido un encuentro fortuito con el
titular del Juzgado Central de Instrucción número 5.
Oportunidad que no desaprovechó para pedirle "la mayor
justicia posible", petición hecha a Baltasar Garzón, de
quien destacó su comprensión y amabilidad en todo momento.
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