No traten de intoxicarme
enviándome sms, ustedes tendrán sus prioridades en cuanto a
temas de actualidad y deben permitirme tener las mías. Les
digo y les repito que, el encarcelamiento del héroe popular
Luis Corominas, yerno de los Tous ha escocido aquí
infinitamente más que el zafarrancho ceutí al que ayer
malamente le dedicó unos segundos la televisión. Y a nivel
Ceuta, independientemente del Auto que pueda hoy dictar el
juez Garzón, el tema que me impacta y me conmueve
profundamente es la lucha denodada de mi amiga entrañable
Nawal, esposa de Abdeslam Amar Mohamed para que, por encima
de prejuicios, se le haga justicia a su marido y se revise
su causa en la Audiencia Provincial de Algeciras.
Será que me impactan las historias pequeñas de heroicidad
muchísimo más que las enormes movidas oportunamente
publicitadas. He seguido los pasos de Nawal, sus peticiones
de ayuda a Mansur Escudero y al Defensor del Pueblo. El trío
Calavera : Nawal y Nuria apoyadas por ese comunista atípico
que, si fuera católico definiría como iluminado por el
Espíritu Santo, rectifico, Karim, de Izquierda Unida tiene
la luz y encima los cojones, como para aunarse a causas
imposibles y movilizar sin complejos a los medios, cuando
piensa que lucha por una causa justa. Y a la par, ese
comunista islámico y yo conservadora y católica, nos
interrogamos sobre lo terrible que resulta el que falle la
confianza en la Justicia por parte de los ciudadanos.
Ya “todos” tenemos asumido el que, para que te hagan caso,
no hay que argumentarlo con recursos sino acudir a las
televisiones a través de tal o cual contacto, al que consiga
impresionar la dureza y la injusticia del asunto y mendigar
unos minutos en cualquier programa.
Karim y yo hemos visto con una sensación grande de
desesperanza que, para que una testigo sea oída en su verdad
y tenga credibilidad ha de aparecer en las 625 líneas o en
la prensa, que no en un folio de unas Diligencias Previas.
Mucho, muchísimo hemos criticado este comunista de Dios y
esta escribidora, los juicios paralelos en los programas
tomateros de la casquería del corazón, para luego aspirar a
que, el asunto patético de un inocente como Abdeslam Amar
Mohamed, injustamente condenado por un testimonio falso,
merezca la atención del Tomate y que le permitan demostrar
su inocencia, al menos en uno de esos juicios paralelos de
las tertulias “rosa”. Menos es nada.
¿Para que sirven los abogados y sus brillantes alegaciones
si no les hacen ni puto caso? Mejor ser defendidos por Jorge
Javier Vazquez y el Tomate, porque dicen las malas lenguas y
los escépticos que, los letrados muchas veces encargan que
les hagan los folios de papel de seda, para que limpiarse el
culo con sus argumentaciones no sea áspero ni traumático,
mientras que, con las lenguas de los periodistas de la
casquería nadie se limpia el culo porque, el del micrófono
quita la lengua, saca los dientes y muerde el ilustre
trasero. ¿Qué que me ilusionaría para ayudar a Nawal en su
cruzada? Pues que el tema hubiera correspondido a algún
Juzgado ceutí, porque yo le tengo fe a los jueces de allí y
que acabara en manos de Bastardés y argumentado
jurídicamente por él.
La llamada Operación Duna puede ser relevante, pero mi
corazón está con la dura y soltaria batalla de una esposa,
con la Operación Nawal.
|